Cito de memoria al portavoz de los Obispos españoles, Monseñor Camino: “Nada hay en las declaraciones del Papa que indique cambio alguno en la moral católica. Los medios han interpretado mal su libro-entrevista”; y la conclusión del portavoz, “el preservativo siempre aparece en un contexto de inmoralidad”. *
No es que me moleste la frase, es que me hiela el corazón y me golpea la mente como un martillo con ese “siempre”. ¿Él conoce todos los supuestos y experiencias humanas de sexualidad? ¿Sí? Es extraordinario que alguien célibe lo sepa todo, de todos y de su inmoralidad, si media el condón: "siempre". Es merecedor del silencio, si no fuera porque afecta a personas dignas que tienen que callar y olvidar esa altanería moral. Porque siempre significa que no se pueden distinguir hechos inmorales y hechos que no lo son, si aparece el condón. No, no, para el Obispo portavoz, si media el condón, son inmorales. Siempre. ¡Pobre de la gente buena y digna, qué tenga que escuchar este juicio general y absoluto sobre su vida de pareja y amor!
Pero, ¿por qué "siempre"? No lo dice. Se supone que lo sabe, pero no lo dice. Nos lo tenemos que imaginar. Piensa que todos lo sabemos. Él lo sabe. Los actos sexuales con condón siempre son inmorales; donde sea que se den y entre quienes sea que se den; siempre. ¿Los médicos, los matrimonios, los hombres y mujeres que portan sus vidas con dignidad de adultos? Para qué. Él lo sabe. Siempre. Si media el preservativo es porque los actos son inmorales o se convierten en tales. Es la prueba misma de la maldad de un acto moral.
A ver, hay hechos moralmente perversos en los que está presente el preservativo. Y hay hechos nobles y dignos del ser humano en los que también está. Aquéllos son malos y éstos son correctos. La gente de "conciencia recta y sana", los diferencia muy bien. Los eclesiásticos, al menos el Obispo portavoz, parece que no. Nosotros tenemos un problema de discernimiento moral y quizá de principios. Nosotros, porque el Obipos portavoz, quiere ser portavoz, éste es el problema.
Y, todo esto, porque el destino natural del acto sexual es siempre la procreación, no sólo, pero siempre. Pero, ¿qué inteligencia humana y moral sanas van a reconocer esto, así, tal cual? O es que para evitar lo peor, lo que sea, ¿hay que negar incluso lo bueno? Curiosa manera de moralizar la vida humana; recuperemos la dignidad moral del ser humano por el camino de negar su inteligencia ética al discernir. O sea, que vamos a ser buenos por las buenas o por las malas.
Pero, ¿qué otra cosa es la moral humana y cristiana que el gobierno de nuestras vidas por la inteligencia madura que expresa nuestra dignidad? Ni a la luz de la fe en Dios, ni a la luz de la razón ética, puede decirse de la inmoralidad del condón "siempre". Ni el Papa lo mantiene ya. Y nosotros no podemos callarlo.
Eclesalia.net
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