viernes, 22 de junio de 2012

I ESCUELA Mª ROSA MOLAS





Ejercicios Espirituales Tortosa 2012

PORTA FIDEI












PROFETAS. FESTIVIDAD DE SAN JUAN

POR QUÉ TANTO MIEDO

JOSÉ ANTONIO PAGOLA


La barca en la que van Jesús y sus discípulos se ve atrapada por una de aquellas tormentas imprevistas y furiosas que se levantan en el lago de Galilea al atardecer de algunos días de verano. Marcos describe el episodio para despertar la fe de las comunidades cristianas que viven momentos difíciles.
El relato no es una historia tranquilizante para consolarnos a los cristianos de hoy con la promesa de una protección divina que permita a la Iglesia pasear tranquila a través de la historia. Es la llamada decisiva de Jesús para hacer con él la travesía en tiempos difíciles: "¿Por qué sois tan cobardes? ¿Aún no tenéis fe?".

Marcos prepara la escena desde el principio. Nos dice que "era al atardecer". Pronto caerán las tinieblas de la noche sobre el lago. Es Jesús quien toma la iniciativa de aquella extraña travesía: "Vamos a la otra orilla". La expresión no es nada inocente. Les invita a pasar juntos, en la misma barca, hacia otro mundo, más allá de lo conocido: la región pagana de la Decápolis.

De pronto se levanta un fuerte huracán y las olas rompen contra la frágil embarcación inundándola de agua. La escena es patética: en la parte delantera, los discípulos luchando impotentes contra la tempestad; a popa, en un lugar algo más elevado, Jesús durmiendo tranquilamente sobre un cojín.

Aterrorizados, los discípulos despiertan a Jesús. No captan la confianza de Jesús en el Padre. Lo único que ven en él es una increíble falta de interés por ellos. Se les ve llenos de miedo y nerviosismo: "Maestro, ¿no te importa que nos hundamos?".

Jesús no se justifica. Se pone de pie y pronuncia una especie de exorcismo: el viento cesa de rugir y se hace una gran calma. Jesús aprovecha esa paz y silencio grandes para hacerles dos preguntas que hoy llegan hasta nosotros: "¿Por qué sois tan cobardes? ¿Aún no tenéis fe?".
¿Qué nos está sucediendo a los cristianos? ¿Por qué son tantos nuestros miedos para afrontar estos tiempos cruciales, y tan poca nuestra confianza en Jesús? ¿No es el miedo a hundirnos el que nos está bloqueando? ¿No es la búsqueda ciega de seguridad la que nos impide hacer una lectura lúcida, responsable y confiada de estos tiempos?
¿Por qué nos resistimos a ver que Dios está conduciendo a la Iglesia hacia un futuro más fiel a Jesús y su Evangelio?
¿Por qué buscamos seguridad en lo conocido y establecido en el pasado, y no escuchamos la llamada de Jesús a "pasar a la otra orilla" para sembrar humildemente su Buena Noticia en un mundo indiferente a Dios, pero tan necesitado de esperanza. (Eclesalia Informativo autoriza y recomienda la difusión de sus artículos, indicando su procedencia)

miércoles, 20 de junio de 2012

INSTRUMENTUM LABORIS


Esta mañana en la Oficina de Prensa de la Santa Sede, ha tenido lugar la presentación del Instrumentum laboris de la XIII Asamblea general ordinaria del Sínodo de los Obispos sobre el tema: “La Nueva Evangelización para la transmisión de la fe cristiana” (7-28 octubre 2012). 

Han intervenido el arzobispo Nikola Eterovic, y el obispo Fortunato Frezza, respectivamente Secretario General y subsecretario del Sínodo de los Obispos.

“Los padres sinodales -explicó el arzobispo Eterovic- deliberarán sobre la transmisión de la fe cristiana. Se trata de uno de los grandes desafíos de la Iglesia que será profundizado en el contexto de la nueva evangelización. La reflexión sinodal será enriquecida gracias a la relación con el Año de la Fe que comenzará el 11 de octubre”.

El Instrumentum laboris, señaló el prelado, consta, además del Prefacio, de una Introducción, cuatro capítulos y una Conclusión. En la Introducción se recoge el parecer de las Conferencias Episcopales que concordan en “la necesidad de nuevos instrumentos y expresiones para hacer comprensible la Palabra de Dios en los ambientes de vida de la humanidad contemporánea. El evento sinodal tendría que representar una ocasión de debate y de participación, tanto del análisis como de las acciones que compartir para alentar a los pastores y a las iglesias particulares”.

De los cuatro capítulos, en el primero 'Jesucristo, Evangelio de Dios para el hombre' “se reitera el núcleo central de la fe cristiana, que no pocos cristianos ignoran, proponiendo el Evangelio de Jesucristo como Buena noticia para el hombre contemporáneo (...) La nueva evangelización es la expresión de la dinámica interna del cristianismo, que desea dar a conocer a los hombres de buena voluntad la 'profundidad de la riqueza, de la sabiduría y del conocimiento' del misterio de Dios revelado en Jesucristo, más que una ansiosa respuesta ante la crisis de la fe y los nuevos desafíos que el mundo actual plantea a la Iglesia”.

El segundo; “Tiempo de nueva evangelización”, está dedicado sobre todo a “señalar los desafíos actuales a la evangelización y la descripción de la nueva evangelización. Se trata de los nuevos desafíos a la evangelización en el mundo contemporáneo, descritos con varios escenarios. La Iglesia está llamada a discernir tales escenarios -para transformarlos en lugares para el anuncio del Evangelio y de experiencia eclesial (...) En la obra de nueva evangelización, se desea una renovación de la pastoral ordinaria de las Iglesias particulares y, al mismo tiempo, se espera en una nueva sensibilidad que requiere creatividad y audacia evangélica, hacia las personas que se han alejado de la Iglesia”. El arzobispo mencionó que muchas de las respuestas habían señalado también la “falta de vocaciones para el sacerdocio y la vida consagrada, que requiere, por otra parte, una fuerte pastoral vocacional”.

Refiriéndose al tercer capítulo “Transmitir la fe” , subrayó que “la finalidad de la nueva evangelización es la transmisión de la fe. La Iglesia trasmite la fe que ella misma vive y todos los cristianos están llamados a contribuir (...) Los obstáculos a la fe pueden ser internos a la Iglesia (una fe vivida de forma pasiva y privada, el rechazo de una educación de la fe propia, una separación entre fe y vida) o fuera de la vida cristiana (la secularización, el nihilismo, el consumismo, el hedonismo) (...) El Año de la Fe representa un llamamiento urgente a la conversión para que cada cristiano y cada comunidad, transformados por la gracia, den abundantes frutos. Entre estos, el esfuerzo ecuménico, la búsqueda de la verdad, el diálogo interreligioso, la valentía para denunciar las infidelidades y los escándalos en la comunidad cristiana”.

El último apartado “Reavivar la acción pastoral” habla de “la transmisión de la fe (...) reproponiendo los instrumentos madurados durante su Tradición, en particular, el primer anuncio, la iniciación cristiana y la educación, intentando adaptarlos a las condiciones culturales y sociales actuales (...) Habría que entender mejor, desde el punto de vista teológico, la secuencia de los sacramentos de iniciación cristiana que culmina en la Eucaristía y reflexionar sobre los modelos para poner en práctica la profundización deseada”.

En la Conclusión, se reafirma que “nueva evangelización significa dar razón de nuestra fe, comunicando el Logos de la esperanza al mundo que aspira a la salvación”.



Ciudad del Vaticano, 19 de junio 2012 (VIS)

miércoles, 6 de junio de 2012

VISITA A LA SAGRADA FAMILIA

Día 30 de JUNIO’ 2012
Aportación: 40 €.

Itinerario:



11.00.- Llegada a Barcelona, traslado al barrio gótico para poder visitar la Catedral y Sta. María del Mar, a la vez tiempo libre hasta las 14.00 

14.00.- Traslado desde el barrio Gótico hasta la Sagrada Familia, donde efectuaremos la comida. 

16.00.- Visita guiada a La Sagrada Familia. 

18.00.- Salida con dirección a Castellón.

Para agilizar la preparación de esta salida os rogamos por favor confirméis vuestra asistencia antes del día 24 de Junio

EUCARISTÍA Y CRISIS

JOSÉ ANTONIO PAGOLA
Todos los cristianos lo sabemos. La eucaristía dominical se puede convertir fácilmente en un "refugio religioso" que nos protege de la vida conflictiva en la que nos movemos a lo largo de la semana. Es tentador ir a misa para compartir una experiencia religiosa que nos permite descansar de los problemas, tensiones y malas noticias que nos presionan por todas partes. A veces somos sensibles a lo que afecta a la dignidad de la celebración, pero nos preocupa menos olvidarnos de las exigencias que entraña celebrar la cena del Señor. Nos molesta que un sacerdote no se atenga estrictamente a la normativa ritual, pero podemos seguir celebrando rutinariamente la misa, sin escuchar las llamadas del Evangelio. El riesgo siempre es el mismo: Comulgar con Cristo en lo íntimo del corazón, sin preocuparnos de comulgar con los hermanos que sufren. Compartir el pan de la eucaristía e ignorar el hambre de millones de hermanos privados de pan, de justicia y de futuro. En los próximos años se van a ir agravando los efectos de la crisis mucho más de lo que nos temíamos. La cascada de medidas que se nos dictan de manera inapelable e implacable irán haciendo crecer entre nosotros una desigualdad injusta. Iremos viendo cómo personas de nuestro entorno más o menos cercano se van empobreciendo hasta quedar a merced de un futuro incierto e imprevisible. Conoceremos de cerca inmigrantes privados de asistencia sanitaria, enfermos sin saber cómo resolver sus problemas de salud o medicación, familias obligadas a vivir de la caridad, personas amenazadas por el desahucio, gente desasistida, jóvenes sin un futuro nada claro... No lo podremos evitar. O endurecemos nuestros hábitos egoístas de siempre o nos hacemos más solidarios. La celebración de la eucaristía en medio de esta sociedad en crisis puede ser un lugar de concienciación. Necesitamos liberarnos de una cultura individualista que nos ha acostumbrado a vivir pensando solo en nuestros propios intereses, para aprender sencillamente a ser más humanos. Toda la eucaristía está orientada a crear fraternidad. No es normal escuchar todos los domingos a lo largo del año el Evangelio de Jesús, sin reaccionar ante sus llamadas. No podemos pedir al Padre "el pan nuestro de cada día" sin pensar en aquellos que tienen dificultades para obtenerlo. No podemos comulgar con Jesús sin hacernos más generosos y solidarios. No podemos darnos la paz unos a otros sin estar dispuestos a tender una mano a quienes están más solos e indefensos ante la crisis. (Eclesalia Informativo autoriza y recomienda la difusión de sus artículos, indicando su procedencia)

sábado, 2 de junio de 2012

ENCUENTRO VIDA CONTEMPLATIVA

La víspera de Pentecostés las/os religiosas/os de la Diócesis quisimos celebrar ésta festividad con las monjas de clausura.

Este año hemos estado con las monjas Carmelitas Descalzas de las Alquerías del Niño Perdido.

Después de orar, con el rezo de vísperas, tuvimos un encuentro fraterno.






Pentecostés, la fiesta eclesial por antonomasia; la Iglesia que nace en la espera oracional del Espíritu, junto a María, en la comunión de todos los convocados por el mismo Señor. Y en esta Iglesia la vida consagrada nace como "un don de Dios Padre a su Iglesia por medio del Espíritu" (VC 1)
Un don precioso y necesario para el presente y el futuro del Pueblo de Dios. (VC 3)

Algunos montajes recibidos