sábado, 14 de julio de 2012

ESCAPULARIO DE LA VIRGEN DEL CARMEN

ORIGEN
La palabra escapulario viene del Latín "scapulae" que significa "hombros". Originalmente era un vestido superpuesto que cae de los hombros y lo llevaban los monjes durante su trabajo. Con el tiempo se le dio el sentido de ser la cruz de cada día que, como discípulos de Cristo llevamos sobre nuestros hombros. Para los Carmelitas particularmente, pasó a expresar la dedicación especial a la Virgen Santísima y el deseo de imitar su vida de entrega a Cristo y a los demás.
ENTREGA DEL ESCAPULARIO A SAN SIMÓN STOCK
En el año 1246 nombraron a San Simón Stock general de la Orden Carmelita. Este comprendió que, sin una intervención de la Virgen, a la orden le quedaba poco tiempo. Simón recurrió a María poniendo la orden bajo su amparo, ya que ellos le pertenecían. En su oración la llamó "La flor del Carmelo" y la "Estrella del Mar" y le suplicó la protección para toda la comunidad.
En respuesta a esta ferviente oración, el 16 de julio de 1251 se le aparece la Virgen a San Simón Stock y le da el Escapulario para la orden con la siguiente promesa:
"Este debe ser un signo y privilegio para ti y para todos los Carmelitas: quien muera usando el escapulario no sufrirá el fuego eterno"
Aunque el escapulario fue dado a los Carmelitas, muchos laicos con el tiempo fueron sintiendo el llamado de vivir una vida mas comprometida con la espiritualidad carmelita y así se comenzó la cofradía del escapulario, donde se agregaban muchos laicos por medio de la devoción a la Virgen y al uso del escapulario. La Iglesia ha extendido el privilegio del escapulario a los laicos.
SIGNIFICADO
El amor y la protección maternal de María: El signo es una tela o manto pequeño. Vemos como María cuando nace Jesús lo envuelve en un manto. La Madre siempre trata de cobijar a sus hijos.
Envolver en su manto es una señal muy maternal de protección y cuidado. Señal de que nos envuelve en su amor maternal. Nos hace suyos. Nos cubre de la ignominia de nuestra desnudes espiritual.
Pertenencia a María: Llevamos una marca que nos distingue como sus hijos escogidos. El escapulario se convierte en el símbolo de nuestra consagración a María.
La Virgen nos enseña:
+ a vivir abiertos a Dios y a su voluntad, manifestada en los acontecimientos de la vida;
+ a escuchar la voz (palabra) de Dios en la Biblia y en la vida, poniendo después en práctica las exigencias de esta voz;
+ a orar fielmente sintiendo a Dios presente en todos los acontecimientos;
+ a vivir cerca de nuestros hermanos y a ser solidarios con ellos en sus necesidades.
NO ES...
Un objeto para una protección mágica (un amuleto)
Una garantía automática de salvación.
Una dispensa para no vivir las exigencias de la vida cristiana.
SÍ ES...
Un signo aprobado por la Iglesia desde hace varios siglos.
Un signo que representa el compromiso de seguir a Jesús como María:
Abiertos a Dios y a su voluntad.
Guiados por la fe, la esperanza y el amor.
Cercanos a las necesidades de los demás.
Orando constantemente y descubriendo a Dios presente en todas las circunstancias.
Un signo que alimenta la esperanza del encuentro con Dios en la vida eterna bajo la protección e intercesión de María.

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