jueves, 27 de enero de 2011

MENSAJE DEL PRESIDENTE DE CONFER, ELÍAS ROYÓN, SJ


PARA LA XV JORNADA MUNDIAL
 DE LA VIDA CONSAGRADA

Queridas Hermanas. Queridos Hermanos:

La próxima Jornada de la Vida Consagrada, en la festividad de la Presentación de Jesús en el templo, es una buena ocasión para celebrar con gozo y agradecer con humildad el don que el Señor ha hecho a nuestras vidas y, a través de ellas, a su Iglesia.
Todos recordáis que uno de los objetivos que señaló el Papa, al instituir esta Jornada en 1997, era precisamente invitar a las personas consagradas “a celebrar juntas y solemnemente las maravillas que el Señor ha realizado en ellas,…y hacer más viva la conciencia de su insustituible misión en la Iglesia y en el mundo”.
Celebrar con gozo y agradecer al Señor la responsabilidad de nuestra presencia misionera en la Iglesia; para quien la vida consagrada es “un don precioso y necesario también para el presente y el futuro porque pertenece íntimamente  a su vida, a su santidad y a su misión” (VC 3). No sólo tenemos, pues, una historia llena de servicios extraordinarios a la evangelización, sino una historia futura por construir, con la que estamos comprometidos, sabedores de nuestras pobrezas y debilidades, pero conscientes también de la fuerza del Espíritu que nos apremia y la confianza de la Iglesia que continúa envíándonos.
Os invito a releer con gratitud, las palabras que, en varias ocasiones, Benedicto XVI ha dedicado a la vida consagrada en los últimos meses. Así, aludiendo a nuestro quehacer evangelizador nos decía: “Deseo expresar mi vivo agradecimiento por lo que hacéis en la Iglesia y con la Iglesia a favor de la evangelización y del hombre”. Nos  definía como “buscadores de Dios”: ¡Sed siempre buscadores y testigos apasionados de Dios¡” y ha recordado la multitud de fronteras, en la Iglesia y en el mundo, donde le buscamos con fidelidad a nuestros propios carismas. Y concluía renovando su envío: “la misión forma parte de vuestra identidad; os impulsa a llevar el Evangelio a todos, sin fronteras…Id, por tanto, y con fidelidad creativa haced vuestro el desafío de la nueva evangelización. Renovad vuestra presencia en los areópagos de hoy para anunciar, como hizo San Pablo en Atenas, al Dios ‘ignoto’.” (A los Superiores Generales 26 novbre 2010).
Estas palabras entroncan bien con el lema escogido en España para celebrar esta Jornada: Firmes en la Fe. Jóvenes consagrados, un reto para el mundo, que se inspira en el encuentro de Benedicto XVI con los jóvenes de todo el mundo en la JMJ del próximo agosto.
“Firmes en la fe”: será siempre el desafío y el anhelo esencial de nuestras vidas consagradas: permanecer arraigados en la roca que no se desmorona ni cede ante los vientos y las tempestades; llamados a dar testimonio del primado absoluto de Dios, del sentido trascendente de la vida y de los valores que ello comporta, ofreciendo a nuestra sociedad un estilo de vida alternativo donde prive la centralidad de Dios.
Firmes en la fe para ser signos de gratuidad y amor en una sociedad que corre el peligro de verse asfixiada en la confusión entre lo efímero y lo útil, atestiguando la sobreabundancia de amor que impulsa a “perder” la propia vida para ganar la verdadera. (cfr Benedicto XVI, 2 febrero 2010)
La fe como adhesión personal a Jesucristo, amado apasionadamente, que no se confunde con la intransigencia ni el fundamentalismo, sino que provoca una relación personal con el Dios vivo, que nos elige para enviarnos al mundo; la vida consagrada expresa así la búsqueda de Dios y del hombre que es  esencial a su identidad.

Firmes en una fe en Jesucristo de la que brota un compromiso efectivo por la justicia, la paz, la creación, la reconciliación entre los pueblos, construyendo puentes en medio de las divisiones de una sociedad fragmentada.
Firmes en la fe en el Dios de Jesucristo, fundamento de nuestra esperanza. En esta esperanza nos gozamos, y desde ella nos encaminamos al futuro. Puesto que, como ha recordado el Papa, “la vida consagrada no podrá morir ni faltará a su Iglesia: ha sido querida por el mismo Jesús como parte inamovible de su Iglesia.” (5 noviembre 2010)
“Nacer de nuevo para una esperanza viva” afirmábamos en la Asamblea de CONFER del pasado Noviembre. “Nacer de nuevo”, es decir, dejarnos “revitalizar” por el Espíritu, una tarea de conversión siempre presente, que nos haga, en fidelidad creativa, descubrir nuevos modos de recorrer hoy los caminos del seguimiento de Jesucristo, y cómo llegar a ser escuela de comunión y esperanza para un mundo a quien Dios en su amor nunca abandona. “Porque la Iglesia tiene necesidad de una vida consagrada que afronte con valentía y creatividad los desafíos del tiempo presente” (Benedicto XVI, a los RR de Roma, diciembre 2005)

El lema de nuestra Jornada hace referencia explícita a los jóvenes consagrados. Una realidad que demuestra que la vida religiosa sigue teniendo un atractivo particular en nuestro tiempo, que puede llenar vidas exigentes y engendrar felicidad en su entorno. La donación gratuita y generosa de la propia persona fascinada por la llamada del Señor, la felicidad de su consagración, la vida en comunión fraterna, el entusiasmo por el anuncio de Jesucristo y el servicio a los más pobres, son los retos de estos jóvenes religiosos a la cultura de hoy. Como son los de los religiosos y religiosas de corazón joven para amar y apasionarse por el Evangelio, desgastados en la alegría y en el gozo de servir a Dios y al hombre, llenos de años de experiencia, pero disponibles para acoger la voz del Espíritu que nos hace “nacer de  nuevo”; así la vida religiosa recobra su juventud y renace para “una esperanza viva”. Esta es la exigencia de nuestro tiempo y el fruto del permanecer “firmes en la fe”, porque nos hemos dejado seducir por Jesucristo.
Quisiera para terminar,  dirigirme con gratitud, desde la comunión eclesial, a las comunidades cristianas con las palabras de Bendicto XVI: “si la vida consagrada es un bien para toda la Iglesia, algo que interesa a todos, también la pastoral que busca promover las vocaciones a la vida consagrada debe ser un compromiso sentido por todos: obispos, sacerdotes, consagrados y laicos”. (5 noviembre 2010)
Elías Royón, S.J.
Presidente de CONFER

IGLESIA MÁS EVANGÉLICA

JOSÉ ANTONIO PAGOLA
Al formular las bienaventuranzas, Mateo, a diferencia de Lucas, se preocupa de trazar los rasgos que han de caracterizar a los seguidores de Jesús. De ahí la importancia que tienen para nosotros en estos tiempos en que la Iglesia ha de ir encontrando su estilo cristiano de estar en medio de una sociedad secularizada.

No es posible proponer la Buena Noticia de Jesús de cualquier forma. El Evangelio sólo se difunde desde actitudes evangélicas. Las bienaventuranzas nos indican el espíritu que ha de inspirar la actuación de la Iglesia mientras peregrina hacia el Padre. Las hemos de escuchar en actitud de conversión personal y comunitaria. Sólo así hemos de caminar hacia el futuro.
Dichosa la Iglesia "pobre de espíritu" y de corazón sencillo, que actúa sin prepotencia ni arrogancia, sin riquezas ni esplendor, sostenida por la autoridad humilde de Jesús. De ella es el reino de Dios.
Dichosa la Iglesia que "llora" con los que lloran y sufre al ser despojada de privilegios y poder, pues podrá compartir mejor la suerte de los perdedores y también el destino de Jesús. Un día será consolada por Dios.
Dichosa la Iglesia que renuncia a imponerse por la fuerza, la coacción o el sometimiento, practicando siempre la mansedumbre de su Maestro y Señor. Heredará un día la tierra prometida.
Dichosa la Iglesia que tiene "hambre y sed de justicia" dentro de sí misma y en el mundo entero, pues buscará su propia conversión y trabajará por una vida más justa y digna para todos, empezando por los últimos. Su anhelo será saciado por Dios.
Dichosa la Iglesia compasiva que renuncia al rigorismo y prefiere la misericordia antes que los sacrificios, pues acogerá a los pecadores y no les ocultará la Buena Noticia de Jesús. Ella alcanzará de Dios misericordia.
Dichosa la Iglesia de "corazón limpio" y conducta transparente, que no encubre sus pecados ni promueve el secretismo o la ambigüedad, pues caminará en la verdad de Jesús. Un día verá a Dios.
Dichosa la Iglesia que "trabaja por la paz" y lucha contra las guerras, que aúna los corazones y siembra concordia, pues contagiará la paz de Jesús que el mundo no puede dar. Ella será hija de Dios.
Dichosa la Iglesia que sufre hostilidad y persecución a causa de la justicia, sin rehuir el martirio, pues sabrá llorar con las víctimas y conocerá la cruz de Jesús. De ella es el reino de Dios.
La sociedad actual necesita conocer comunidades cristianas marcadas por este espíritu de las bienaventuranzas. Sólo una Iglesia evangélica tiene autoridad y credibilidad para mostrar el rostro de Jesús a los hombres y mujeres de hoy.
Eclesalia.net

NOTICIAS NOTICIAS

GABRIEL Mª OTALORA
Cuando el libro de Pagola “Jesús. Aproximación histórica” obtuvo el nihil obstat de Juan Mª Uriarte, todo hacía pensar que la normalidad iba a imponerse en la agreste jerarquía eclesiástica española. Pero no fue así; un ramillete de prelados se empeñó en desahuciar a este libro desacreditando a su autor hasta el punto de oírse voces criticando el arrianismo que destilaban sus páginas… Al final -eso parecía- hubo una orden de retirada del libro y que la editorial PPC no volviese a publicarlo, una vez agotada la edición diocesana en euskara. Curiosamente, nadie fue capaz de dar la cara y arrostrar esta decisión ni argumentarla, claro, recordando prácticas que creíamos felizmente olvidadas.
A pesar de todo, los claretianos hicieron una edición en catalán y quien ahora quiera comprar el libro, no tiene más remedio que hacerlo en catalán o en la edición de las MM. Claretianas (Ediciones claretianas, Buenos Aires); también se edita en otros países europeos, como Italia. Y precisamente de Italia nos viene una novedosa vuelta de tuerca en este desgraciado asunto, pero que no ha tenido la trascendencia mediática que tuvieron sus censores.
Me refiero al experto biblista, cardenal Gianfranco Ravasi, presidente del Consejo Pontificio de Cultura, además de la Pontificia academia de Arqueología Sacra, como uno de los mayores expertos de la Iglesia en lo que se refiere al Jesús Histórico. Dicho cardenal, en un artículo titulado “Buscar a Jesús en la Historia” publicado el día cinco de diciembre en el periódico italiano “Il sole 24 ore”, ha afirmado sobre el libro de Pagola que “la mejor forma para guiar al lector no técnico en medio de esta selva (de interpretaciones cristológicas) me parece la narrativa realizada por Armand Puig (Jesús. Respuesta a los enigmas) y José Antonio Pagola (Jesús. Una aproximación histórica), que el cardenal ha leído en una edición italiana.

El consiguiente silencio oficial de la Conferencia Episcopal Española, no es de recibo. Si tanto daño se ha hecho a José Antonio Pagola en nombre de una ortodoxia que pretendía salvaguardar las esencias del Jesucristo, ahora también, en nombre del mismo Jesús a quien dicen defender, deberían actuar con la misma insistencia hasta rehabilitar el libro y el buen nombre del teólogo vasco. Ha pasado mes y medio desde la declaración del cardenal y nadie ha acusado recibo, ni en Madrid ni en lo más alto de las diócesis vascas. Tampoco se ha significado nadie en el Vaticano para que las cosas, las opiniones y el libro en cuestión vuelvan a su ser. No es de extrañar que el mismo Pagola en una entrevista de hace un tiempo, se sorprendiera de la agudeza para ver el pecado en la sociedad y nuestra ceguera para verlo en la Iglesia.

Hay que ver como esgrima la jerarquía en otras causas para obligar a hacer y a callar; y bien que se les oye. En esta ocasión, echo en falta esa coherencia jerárquica para recuperar la humildad evangélica en forma de perdón y apertura a las ideas de Pagola sobre Jesús de Nazaret reforzando, de paso, el nihil obstat de Juan María Uriarte. Ha pasado mes y medio, insisto, desde la declaración del cardenal Ravasi y nada ha ocurrido en las curias de Madrid, Granada, Córdoba o Guipúzcoa, que es a la que pertenece Pagola. Eso sí, se siguen extrañando que la Iglesia Católica española ocupe los últimos lugares de aceptación social en las encuestas. A lo mejor, si sus dirigentes se esforzaran más por distinguirse en la caridad, su pésima imagen no arrastraría a la credibilidad de toda la Iglesia y a lo que representa.

Que sirvan estas líneas para sumarme a los que ya han aireado la noticia y para reivindicar al teólogo Pagola, a su honestidad y a su legado.
Eclesalia.net