jueves, 27 de enero de 2011

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GABRIEL Mª OTALORA
Cuando el libro de Pagola “Jesús. Aproximación histórica” obtuvo el nihil obstat de Juan Mª Uriarte, todo hacía pensar que la normalidad iba a imponerse en la agreste jerarquía eclesiástica española. Pero no fue así; un ramillete de prelados se empeñó en desahuciar a este libro desacreditando a su autor hasta el punto de oírse voces criticando el arrianismo que destilaban sus páginas… Al final -eso parecía- hubo una orden de retirada del libro y que la editorial PPC no volviese a publicarlo, una vez agotada la edición diocesana en euskara. Curiosamente, nadie fue capaz de dar la cara y arrostrar esta decisión ni argumentarla, claro, recordando prácticas que creíamos felizmente olvidadas.
A pesar de todo, los claretianos hicieron una edición en catalán y quien ahora quiera comprar el libro, no tiene más remedio que hacerlo en catalán o en la edición de las MM. Claretianas (Ediciones claretianas, Buenos Aires); también se edita en otros países europeos, como Italia. Y precisamente de Italia nos viene una novedosa vuelta de tuerca en este desgraciado asunto, pero que no ha tenido la trascendencia mediática que tuvieron sus censores.
Me refiero al experto biblista, cardenal Gianfranco Ravasi, presidente del Consejo Pontificio de Cultura, además de la Pontificia academia de Arqueología Sacra, como uno de los mayores expertos de la Iglesia en lo que se refiere al Jesús Histórico. Dicho cardenal, en un artículo titulado “Buscar a Jesús en la Historia” publicado el día cinco de diciembre en el periódico italiano “Il sole 24 ore”, ha afirmado sobre el libro de Pagola que “la mejor forma para guiar al lector no técnico en medio de esta selva (de interpretaciones cristológicas) me parece la narrativa realizada por Armand Puig (Jesús. Respuesta a los enigmas) y José Antonio Pagola (Jesús. Una aproximación histórica), que el cardenal ha leído en una edición italiana.

El consiguiente silencio oficial de la Conferencia Episcopal Española, no es de recibo. Si tanto daño se ha hecho a José Antonio Pagola en nombre de una ortodoxia que pretendía salvaguardar las esencias del Jesucristo, ahora también, en nombre del mismo Jesús a quien dicen defender, deberían actuar con la misma insistencia hasta rehabilitar el libro y el buen nombre del teólogo vasco. Ha pasado mes y medio desde la declaración del cardenal y nadie ha acusado recibo, ni en Madrid ni en lo más alto de las diócesis vascas. Tampoco se ha significado nadie en el Vaticano para que las cosas, las opiniones y el libro en cuestión vuelvan a su ser. No es de extrañar que el mismo Pagola en una entrevista de hace un tiempo, se sorprendiera de la agudeza para ver el pecado en la sociedad y nuestra ceguera para verlo en la Iglesia.

Hay que ver como esgrima la jerarquía en otras causas para obligar a hacer y a callar; y bien que se les oye. En esta ocasión, echo en falta esa coherencia jerárquica para recuperar la humildad evangélica en forma de perdón y apertura a las ideas de Pagola sobre Jesús de Nazaret reforzando, de paso, el nihil obstat de Juan María Uriarte. Ha pasado mes y medio, insisto, desde la declaración del cardenal Ravasi y nada ha ocurrido en las curias de Madrid, Granada, Córdoba o Guipúzcoa, que es a la que pertenece Pagola. Eso sí, se siguen extrañando que la Iglesia Católica española ocupe los últimos lugares de aceptación social en las encuestas. A lo mejor, si sus dirigentes se esforzaran más por distinguirse en la caridad, su pésima imagen no arrastraría a la credibilidad de toda la Iglesia y a lo que representa.

Que sirvan estas líneas para sumarme a los que ya han aireado la noticia y para reivindicar al teólogo Pagola, a su honestidad y a su legado.
Eclesalia.net

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