martes, 1 de marzo de 2011

LLAMADO A CUMPLIR UNA VISIÓN

VERÓNICA PÉREZ
 “Cuál era mi fuerza entonces, tal es ahora mi fuerza para combatir, para salir y para entrar…” (Josué 14.11b)
En la historia antigua del pueblo de Israel, fueron enviados Caleb, Josué y otros diez más a reconocer la tierra prometida para conquistarla. 
De regreso diez tuvieron una actitud negativa con respecto a la conquista porque vieron gigantes habitando la tierra y se paralizaron, mientras Caleb se mantuvo fiel a Dios, creyendo en que Dios les daría esa tierra, vencerían y así fue. Preguntémonos. ¿Cuándo vemos los problemas como gigantes, tenemos una actitud negativa como los diez?¿Tenemos convicción y nos sentimos representados en Caleb y su fe?

En nuestro mundo hoy, si queremos mantener la actitud de Caleb necesitamos apropiarnos de las palabras del salmista al decir: “Mis ojos siempre se dirigen hacia Dios. Porque El saca mis pies de la red” (Salmo 25.15).
Tener visión ya es una fuerza que te mueve para poder vencer. La mirada en Dios fortalece tu convicción para cumplir una visión. Para vencer debemos empezar por nuestros propios gigantes internos y así podremos contra los gigantes que están afuera de nosotros.
Hoy necesitamos tener fe, es el paso importante para la convicción, para ser vencedores.
Preguntémonos, ¿cuál es mi fuerza antes y la de ahora para vencer? Esa fuerza de fe esta en tu interior. Es importante alimentarla con las cosas buenas que la vida te da. Aprender a ver más allá de lo que la mayoría de gente ve, la mirada corta atranca, no logras tener una perspectiva de la realidad y no te permite avanzar.
Cuando tienes una actitud de convicción ante la vida, recibes lo que te da y sigues caminando hacia adelante, es una señal de que nada te detendrá. Tu fidelidad está centrada en Dios.
Para nosotras hoy, tomar la tierra implica luchar en medio de las tragedias que vivimos el día a día. Eso es vencer los gigantes. Luchar con valor por lo que Dios prometió es hacer de esa promesa, la tierra, un espacio para ti y tu familia.
Si Dios está conmigo todo será como El ha dicho: Vencer, conquistar, salir y entrar. Con esa convicción ni nos preguntamos ¿Qué gigantes debemos vencer? Miedo al que dirán, miedo a los retos nuevos, miedo a los que te acusan, miedo a perder tu espacio… ¿Miedo al miedo? ¡Uh, no tengas miedo! Dios está contigo también, eso nunca lo olvides. ¿Oíste?
Eclesalia.net

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