Esta celebración fue instituida el 13 de Mayo de 1992 por el Papa Juan Pablo II.
El año de la Fe nos impulsa a intensificar el testimonio de la Caridad.”De qué le sirve a uno, hermanos míos, decir que tiene fe, si no tiene obras” (Sant 2,14). Sostenidos por la fe, podemos vivir con esperanza nuestro compromiso con los más necesitados.
Benedicto XVI nos dice:
«La crisis nos obliga a revisar nuestro camino, a darnos nuevas reglas y a encontrar nuevas formas de compromiso, a apoyarnos en las experiencias positivas y a rechazar las negativas. De este modo, la crisis se convierte en ocasión de discernir y proyectar de un modo nuevo.» (Caritas in veritate 21).
«Hospitales y estructuras asistenciales deben reconsiderar su propio papel para evitar que la salud, en lugar de un bien universal que asegurar y defender, se convierta en una simple ‘mercancía’ sometida a las leyes del mercado, en consecuencia un bien reservado a unos pocos.» (Discurso a los agentes sanitarios, 17.11.12)
Hoy se necesitan Buenos nuevos Samaritanos
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