martes, 26 de marzo de 2013

NAO Valencia 2013



¡¡ NAVEGANTES  DE  TODAS  LAS  LATITUDES !!

 

¿Qué tal un CRUCERO por los mares profundos?  Esperamos que os apetezca, porque estamos preparando uno para esta III NAO en Valencia…

 

EL PUERTO DE SALIDA:

Parroquia de la Natividad de Nuestra Señora

C/ Espartero, nº 2   -  Burjassot (Valencia)

 

Nos encontraremos el día 20 de ABRIL de 2013 a las 18:00 h en el hall del Colegio de la Natividad (a espaldas de la parroquia, en el mismo edificio).

Desde ahí haremos un recorrido por el mar de las sensaciones, a las que dedicaremos un espacio, un tiempo. Por tanto, tendremos:

§  18:00 Tiempo de ACOGER

§  18:30 Tiempo de SENTIR

§  20:00 Tiempo de CANTAR  JUNTOS

§  21:00 Tiempo de PARTIR  EL  PAN

§  22:00 Tiempo de SENTIR a DIOS que nos AVIVA

 

Nuestro PADRE, que nos ha creado y que tan bien nos conoce, sabe las semillas, la fuerza, la vida, los dones… que a cada cual le ha regalado; quizá nosotros lo sepamos también y lo tengamos claro. Pero puede ser que a día de hoy hayan quedado en algún lugar recóndito de nosotros. En cualquier caso, siempre necesitamos un nuevo impulso, un viento nuevo. Por ello, este año el Espíritu nos ha regalado un TIEMPO para volver nuestro ser al DIOS que nos AVIVA.

 

Una de las cosas más importante que podemos hacer para lograrlo es compartirlos, ponerlos a disposición de los otros hermanos. Por ello, un año más os invitamos a que nos ayudéis a pedírselo al Padre con vuestro ARTE en una NOCHE de ORACIÓN:

 

Poemas, Danzas, Pinturas, Canciones, Láminas, Fotografías, Audiovisuales…

 

Estamos actualizando la web, pero aún faltan algunos detalles para que esté plenamente operativa. Pero ya se puede visitar y ver algunas cosas como vídeos y fotos de las dos ediciones anteriores, datos históricos, y como novedad, varios foros de participación, a los que os invitamos.

 


 

De momento, y mientras terminamos de actualizar la web, adjuntamos un breve formulario para que podáis hacernos llegar las participaciones en la VIGILIA.

También os adjuntamos otro formulario para indicarnos si vais a colaborar en otros aspectos organizativos.

Os rogamos nos los hagáis llegar lo antes posible para coordinar las participaciones

 

Dispondremos de un espacio para exponer OBRA GRÁFICA: cuadros, fotografías, láminas… Si vas a traer alguna, sería importante que nos dijeses dimensiones, formato y cantidad para tenerlo previsto de manera adecuada.

 

En caso de que vayas a aportar algún tipo de AUDIOVISUAL o archivo de AUDIO, te agradeceremos que, además de decirnos cuál, nos lo hagas llegar, ya que al existir diferentes formatos, necesitamos probarlos con antelación para asegurarnos de que funciona correctamente.

 

Si venís con niños, nos gustaría saber las edades, pues estamos preparando también un CRUCERO PARA PEQUES, para que también ellos puedan adentrarse en esos mares profundos.

 

Más adelante os daremos detalle de cómo conseguir la TARJETA DE EMBARQUE, necesaria en cualquier crucero que se precie. En breve os haremos llegar más datos importantes, como la posibilidad de hacer la “reserva” para el crucero, los accesos a la parroquia, horarios de metro, o cuándo se puede visitar todas las áreas de la web.

 

Así que… ¡¡Venga, que zarpamos!!

 

Que esta semana santa y pascua encontremos en Jesús mucha Vida y mucha Paz.

Un abrazo…

 

El equipo de Coordinadores de NAO-Vlc.

 


 

Participa también en facebook: http://www.facebook.com/naovalencia?ref=hl

UNA CENA

JUEVES SANTO
Aunque es del año pasado el mensaje cada día es más actual e urgente


             Una Cena - Jueves Santo

sábado, 23 de marzo de 2013

CON RAMOS DE OLIVO


Te aclamamos queriendo unirnos a todos los que sufren.
A tantos enfermos que no pueden con el dolor,
a tantas familias deshechas por la droga,
a todas las parejas rotas por el desamor y la soledad,
a tantos niños llenos de cosas y necesitados de amor.

Te aclamamos pidiéndote nos ayudes a acompañar la vida
de tantos inmigrantes llenos de nostalgia e inseguridad,
de todos los deprimidos, desanimados y sin ganas de vivir,
de los que no tienen valores que merezcan la pena,
de los que tienen penas que nadie consuela,
de los que cumplen penas en cárceles deshumanizadas.

Te aclamamos contentos porque nos llenas de esperanza.
Por eso creemos que este mundo tiene remedio,
que se puede dar la vida como Tú, para crear vida,
que juntos contigo y con los otros, somos una familia,
que poco a poco vamos haciendo tu reino
y que nos juntaremos en tu abrazo final de los días.

Te aclamamos, te felicitamos y te admiramos,
por lo bien que nos explicaste la mejor manera de vivir,
por cómo nos contaste quién es nuestro Dios padre y madre,
porque nos abriste caminos nuevos y nos llenaste de ilusión,
porque, aunque las cosas te fueron difíciles, llegaste hasta el fin,
porque nos invitas a vivir a tu manera y a contar con tu presencia.
Y porque sentimos, que caminas a nuestro lado...

GRACIAS, JESÚS... TU PASIÓN MERECIÓ LA PENA



Mª Patxi Ayerra

Card. JORGE MARIO BERGOGLIO s.j.

MENSAJE DE CUARESMA

Rasguen su corazón y no sus vestidos;
vuelvan ahora al Señor su Dios,
porque Él es compasivo y clemente,
lento para la ira, rico en misericordia...


A los sacerdotes, consagrados y laicos de la Arquidiócesis.

Poco a poco nos acostumbramos a oír y a ver, a través de los medios de comunicación, la crónica negra de la sociedad contemporánea, presentada casi con un perverso regocijo, y también nos acostumbramos a tocarla y a sentirla a nuestro alrededor y en nuestra propia carne. El drama está en la calle, en el barrio, en nuestra casa y, por qué no, en nuestro corazón. Convivimos con la violencia que mata, que destruye familias, aviva guerras y conflictos en tantos países del mundo. Convivimos con la envidia, el odio, la calumnia, la mundanidad en nuestro corazón. El sufrimiento de inocentes y pacíficos no deja de abofetearnos; el desprecio a los derechos de las personas y de los pueblos más frágiles no nos son tan lejanos; el imperio del dinero con sus demoníacos efectos como la droga, la corrupción, la trata de personas - incluso de niños - junto con la miseria material y moral son moneda corriente. La destrucción del trabajo digno, las emigraciones dolorosas y la falta de futuro se unen también a esta sinfonía. Nuestros errores y pecados como Iglesia tampoco quedan fuera de este gran panorama. Los egoísmos más personales justificados, y no por ello más pequeños, la falta de valores éticos dentro de una sociedad que hace metástasis en las familias, en la convivencia de los barrios, pueblos y ciudades, nos hablan de nuestra limitación, de nuestra debilidad y de nuestra incapacidad para poder transformar esta lista innumerable de realidades destructoras.

La trampa de la impotencia nos lleva a pensar: ¿Tiene sentido tratar de cambiar todo esto? ¿Podemos hacer algo frente a esta situación? ¿Vale la pena intentarlo si el mundo sigue su danza carnavalesca disfrazando todo por un rato? Sin embargo, cuando se cae la máscara, aparece la verdad y, aunque para muchos suene anacrónico decirlo, vuelve a aparecer el pecado, que hiere nuestra carne con toda su fuerza destructora torciendo los destinos del mundo y de la historia.

La Cuaresma se nos presenta como grito de verdad y de esperanza cierta que nos viene a responder que sí, que es posible no maquillarnos y dibujar sonrisas de plástico como si nada pasara. Sí, es posible que todo sea nuevo y distinto porque Dios sigue siendo "rico en bondad y misericordia, siempre dispuesto a perdonar" y nos anima a empezar una y otra vez. Hoy nuevamente somos invitados a emprender un camino pascual hacia la Vida, camino que incluye la cruz y la renuncia; que será incómodo pero no estéril. Somos invitados a reconocer que algo no va bien en nosotros mismos, en la sociedad o en la Iglesia, a cambiar, a dar un viraje, a convertirnos.

En este día, son fuertes y desafiantes las palabras del profeta Joel: Rasguen el corazón, no los vestidos: conviértanse al Señor su Dios. Son una invitación a todo pueblo, nadie está excluido.

Rasguen el corazón y no los vestidos de una penitencia artificial sin garantías de futuro.

Rasguen el corazón y no los vestidos de un ayuno formal y de cumplimiento que nos sigue manteniendo satisfechos.

Rasguen el corazón y no los vestidos de una oración superficial y egoísta que no llega a las entrañas de la propia vida para dejarla tocar por Dios.

Rasguen los corazones para decir con el salmista: "hemos pecado". "La herida del alma es el pecado: ¡Oh pobre herido, reconoce a tu Médico! Muéstrale las llagas de tus culpas. Y puesto que a Él no se le esconden nuestros secretos pensamientos, hazle sentir el gemido de tu corazón. Muévele a compasión con tus lágrimas, con tu insistencia, ¡importúnale! Que oiga tus suspiros, que tu dolor llegue hasta Él de modo que, al fin, pueda decirte: El Señor ha perdonado tu pecado." (San Gregorio Magno) Ésta es la realidad de nuestra condición humana. Ésta es la verdad que puede acercarnos a la auténtica reconciliación... con Dios y con los hombres. No se trata de desacreditar la autoestima sino de penetrar en lo más hondo de nuestro corazón y hacernos cargo del misterio del sufrimiento y el dolor que nos ata desde hace siglos, miles de años... desde siempre.

Rasguen los corazones para que por esa hendidura podamos mirarnos de verdad.

Rasguen los corazones, abran sus corazones, porque sólo en un corazón rasgado y abierto puede entrar el amor misericordioso del Padre que nos ama y nos sana.

Rasguen los corazones dice el profeta, y Pablo nos pide casi de rodillas "déjense reconciliar con Dios". Cambiar el modo de vivir es el signo y fruto de este corazón desgarrado y reconciliado por un amor que nos sobrepasa.

Ésta es la invitación, frente a tantas heridas que nos dañan y que nos pueden llevar a la tentación de endurecernos:Rasguen los corazones para experimentar en la oración silenciosa y serena la suavidad de la ternura de Dios.

Rasguen los corazones para sentir ese eco de tantas vidas desgarradas y que la indiferencia no nos deje inertes.

Rasguen los corazones para poder amar con el amor con que somos amados, consolar con el consuelo que somos consolados y compartir lo que hemos recibido.

Este tiempo litúrgico que inicia hoy la Iglesia no es sólo para nosotros, sino también para la transformación de nuestra familia, de nuestra comunidad, de nuestra Iglesia, de nuestra Patria, del mundo entero. Son cuarenta días para que nos convirtamos hacia la santidad misma de Dios; nos convirtamos en colaboradores que recibimos la gracia y la posibilidad de reconstruir la vida humana para que todo hombre experimente la salvación que Cristo nos ganó con su muerte y resurrección.

Junto a la oración y a la penitencia, como signo de nuestra fe en la fuerza de la Pascua que todo lo transforma, también nos disponemos a iniciar igual que otros años nuestro "Gesto cuaresmal solidario". Como Iglesia en Buenos Aires que marcha hacia la Pascua y que cree que el Reino de Dios es posible necesitamos que, de nuestros corazones desgarrados por el deseo de conversión y por el amor, brote la gracia y el gesto eficaz que alivie el dolor de tantos hermanos que caminan junto a nosotros. «Ningún acto de virtud puede ser grande si de él no se sigue también provecho para los otros... Así pues, por más que te pases el día en ayunas, por más que duermas sobre el duro suelo, y comas ceniza, y suspires continuamente, si no haces bien a otros, no haces nada grande». (San Juan Crisóstomo)

Este año de la fe que transitamos es también la oportunidad que Dios nos regala para crecer y madurar en el encuentro con el Señor que se hace visible en el rostro sufriente de tantos chicos sin futuro, en la manos temblorosas de los ancianos olvidados y en las rodillas vacilantes de tantas familias que siguen poniéndole el pecho a la vida sin encontrar quien los sostenga.

Les deseo una santa Cuaresma, penitencial y fecunda Cuaresma y, por favor, les pido que recen por mí. Que Jesús los bendiga y la Virgen Santa los cuide.

Paternalmente

Card. Jorge Mario Bergoglio s.j.

VIVIR Y DAR VIDA

DOMINGO DE RAMOS

             

jueves, 21 de marzo de 2013

ANTE EL CRUCIFICADO

JOSE ANTONIO PAGOLA

Detenido por las fuerzas de seguridad del Templo, Jesús no tiene ya duda alguna: el Padre no ha escuchado sus deseos de seguir viviendo; sus discípulos huyen buscando su propia seguridad. Está solo. Sus proyectos se desvanecen. Le espera la ejecución.

El silencio de Jesús durante sus últimas horas es sobrecogedor. Sin embargo, los evangelistas han recogido algunas palabras suyas en la cruz. Son muy breves, pero a las primeras generaciones cristianas les ayudaban a recordar con amor y agradecimiento a Jesús crucificado.

Lucas ha recogido las que dice mientras está siendo crucificado. Entre estremecimientos y gritos de dolor, logra pronunciar unas palabras que descubren lo que hay en su corazón: "Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen". Así es Jesús. Ha pedido a los suyos "amar a sus enemigos" y "rogar por sus perseguidores". Ahora es él mismo quien muere perdonando. Convierte su crucifixión en perdón.

Esta petición al Padre por los que lo están crucificando es, ante todo, un gesto sublime de compasión y de confianza en el perdón insondable de Dios. Esta es la gran herencia de Jesús a la Humanidad: No desconfiéis nunca de Dios. Su misericordia no tiene fin.

Marcos recoge un grito dramático del crucificado: "¡Dios mío. Dios mío! ¿por qué me has abandonado?". Estas palabras pronunciadas en medio de la soledad y el abandono más total, son de una sinceridad abrumadora. Jesús siente que su Padre querido lo está abandonando. ¿Por qué? Jesús se queja de su silencio. ¿Dónde está? ¿Por qué se calla?

Este grito de Jesús, identificado con todas las víctimas de la historia, pidiendo a Dios alguna explicación a tanta injusticia, abandono y sufrimiento, queda en labios del crucificado reclamando una respuesta de Dios más allá de la muerte: Dios nuestro, ¿por qué nos abandonas? ¿no vas a responder nunca a los gritos y quejidos de los inocentes?

Lucas recoge una última palabra de Jesús. A pesar de su angustia mortal, Jesús mantiene hasta el final su confianza en el Padre. Sus palabras son ahora casi un susurro: "Padre, a tus manos encomiendo mi espíritu". Nada ni nadie lo ha podido separar de él. El Padre ha estado animando con su espíritu toda su vida. Terminada su misión, Jesús lo deja todo en sus manos. El Padre romperá su silencio y lo resucitará.

Esta semana santa, vamos a celebrar en nuestras comunidades cristianas la Pasión y la Muerte del Señor. También podremos meditar en silencio ante Jesús crucificado ahondando en las palabras que él mismo pronunció durante su agonía.

LA TERNURA NO ES DEBILIDAD

lunes, 18 de marzo de 2013

HOMILIA DEL PAPA EN SANTA ANA

Homilía del Papa Francisco en la parroquia de Santa Ana en el Vaticano (17-3-2013)

El mensaje más fuerte del Señor es la misericordia

Es bonito, esto: primero, Jesús solo en el monte, rezando. Rezaba solo (cf. Jn 8, 1). Después se presentó otra vez en el Templo, y todo el pueblo acudía a él (cf. v. 2). Jesús en medio del pueblo. Y después, al final, lo dejaron solo con la mujer (cf. v. 9). ¡Esa soledad de Jesús! Pero una soledad fecunda: la de la oración con el Padre y aquella otra, tan hermosa, que es precisamente el mensaje de hoy de la Iglesia: la de su misericordia con esa mujer.

Hay también una diferencia en el pueblo. Todo el pueblo acudía a él; él se sentó y se puso a enseñarles: el pueblo que quería oír las palabras de Jesús, el pueblo de corazón abierto, necesitado de la Palabra de Dios. Había otros que no oían nada, que no podrían oír; y son los que le llevaron a esa mujer: «Oye, Maestro, esta es una tal y una cual… Tenemos que hacer lo que Moisés nos mandó que hiciéramos con estas mujeres» (cf. vv. 4-5).

Creo que nosotros también somos ese pueblo que, por un lado, quiere oír a Jesús, pero por otro, a veces, nos gusta apalear a los demás, condenar a los demás. Y el mensaje de Jesús es ese: la misericordia. Para mí —lo digo con humildad—, es el mensaje más fuerte del Señor: la misericordia. Pero él mismo lo dijo: «Yo no he venido para los justos; los justos se justifican solos». «Pero bueno, bendito Señor, si tú puedes hacerlo, ¡yo no puedo!». Pero ellos creen poder hacerlo. «Yo he venido para los pecadores» (cf. Mc 2, 17).

Pensad en aquella charla tras la vocación de Mateo: «¡Pero este va con los pecadores!» (cf. Mc 2, 16). Y él ha venido para nosotros, cuando nosotros reconocemos que somos pecadores. Pero si somos como ese fariseo, ante el altar —«Te doy gracias, Señor, porque no soy como todos los demás hombres, y ni siquiera como el que está en la puerta, como ese publicano» (cf. Lc 18, 11-12)—, ¡no conocemos el corazón del Señor, y no tendremos nunca la alegría de experimentar esa misericordia! No es fácil encomendarse a la misericordia de Dios, porque se trata de un abismo incomprensible. ¡Pero tenemos que hacerlo! «—¡Oh, padre! ¡Si usted conociera mi vida, no me hablaría así! —¿Por qué? ¿Qué has hecho? —¡Oh! ¡He hecho cosas horribles! —¡Mejor! Ve a Jesús: ¡a él le gusta que le cuentes estas cosas!». Él se olvida, él tiene una capacidad especial para olvidarse. Se olvida, te besa, te abraza y te dice tan solo: «Tampoco yo te condeno. Vete, y en adelante no peques más» (Jn 8, 11). Solo este consejo te da. Un mes después, estamos en las mismas condiciones… Volvemos al Señor. El Señor no se cansa de perdonar: ¡nunca! Somos nosotros los que nos cansamos de pedirle perdón. Pidamos, pues, la gracia de no cansarnos de pedirle perdón, porque él nunca se cansa de perdonar. Pidamos esta gracia.

sábado, 16 de marzo de 2013

SALUDO A FRANCISCO

Saludo de la Vida Religiosa Española al Papa Francisco


Madrid, 14 de marzo de 2013 (IVICON).- Los religiosos y religiosas españoles dan gracias a Dios por la elección del nuevo Obispo de Roma, su Santidad Francisco.

La vida religiosa por su peculiaridad carismática en la Iglesia está especialmente ligada al Romano Pontífice, Pastor de la Iglesia universal, y como tal, desea manifestar su gozo en el Señor por esta elección.
Desde este momento le ofrece su disponibilidad misionera y su oración, como anoche nos pidió, para que el Espíritu le ilumine y fortalezca para afrontar los desafíos de la Iglesia y del mundo de hoy; que sea signo de la bondad y la misericordia del Buen Pastor; que su ministerio nos convoque a la esperanza, y promueva la justicia y la paz que la humanidad anhela tanto.

viernes, 15 de marzo de 2013

TODOS NECESITAMOS PERDON

JOSE ANTONIO PAGOLA

Según su costumbre, Jesús ha pasado la noche a solas con su Padre querido en el Monte de los Olivos. Comienza el nuevo día, lleno del Espíritu de Dios que lo envía a "proclamar la liberación de los cautivos...y dar libertad a los oprimidos. Pronto se verá rodeado por un gentío que acude a la explanada del templo para escucharlo.

De pronto, un grupo de escribas y fariseos irrumpe trayendo a "una mujer sorprendida en adulterio". No les preocupa el destino terrible de la mujer. Nadie le interroga de nada. Está ya condenada. Los acusadores lo dejan muy claro: "La Ley de Moisés nos manda apedrear a las adúlteras. Tú, ¿qué dices?

La situación es dramática: los fariseos están tensos, la mujer angustiada, la gente expectante. Jesús guarda un silencio sorprendente. Tiene ante sí a aquella mujer humillada, condenada por todos. Pronto será ejecutada. ¿Es esta la última palabra de Dios sobre esta hija suya?

Jesús, que está sentado, se inclina hacia el suelo y comienza a escribir algunos trazos en tierra. Seguramente busca luz. Los acusadores le piden una respuesta en nombre de la Ley. Él les responderá desde su experiencia de la misericordia de Dios: aquella mujer y sus acusadores, todos ellos, están necesitados del perdón de Dios.

Los acusadores sólo están pensando en el pecado de la mujer y en la condena de la Ley. Jesús cambiará la perspectiva. Pondrá a los acusadores ante su propio pecado. Ante Dios, todos han de reconocerse pecadores. Todos necesitan su perdón.

Como le siguen insistiendo cada vez más, Jesús se incorpora y les dice: "El que esté sin pecado, que le tire la primera piedra". ¿Quiénes sois vosotros para condenar a muerte a esa mujer, olvidando vuestros propio pecados y vuestra necesidad del perdón y de la misericordia de Dios?

Los acusadores "se van retirando uno tras otro". Jesús apunta hacia una convivencia donde la pena de muerte no puede ser la última palabra sobre un ser humano. Más adelante, Jesús dirá solemnemente: "Yo no he venido para juzgar al mundo sino para salvarlo".

El diálogo de Jesús con la mujer arroja nueva luz sobre su actuación. Los acusadores se han retirado, pero la mujer no se ha movido. Parece que necesita escuchar una última palabra de Jesús. No se siente todavía liberada. Jesús le dice "Tampoco yo te condeno. Vete y, en adelante no peques más".

Le ofrece su perdón, y, al mismo tiempo, le invita a no pecar más. El perdón de Dios no anula la responsabilidad, sino que exige conversión. Jesús sabe que "Dios no quiere la muerte del pecador sino que se convierta y viva".

jueves, 14 de marzo de 2013

El PAPA FRANCISCO PIDE GESTOS DE CARIDAD

El Papa Francisco pide a los argentinos no viajar a Roma y donarlo a los pobres.

Buenos Aires (AICA): El papa Francisco pidió hoy a los argentinos que en lugar de ir a Roma para el inicio de su pontificado, el próximo martes 19 de marzo, donen el dinero que esos gastos acarrearían a algún gesto de caridad hacia los más necesitados.

“Excelencia: Tengo el honor y gusto de dirigirme a Usted para informarle que el Santo Padre Francisco me ha pedido que transmita a todos los obispos, sacerdotes, religiosos, religiosas y a todo el pueblo de Dios, el tranquilo agradecimiento por sus oraciones y las expresiones de cariño, afecto y de caridad que ha recibido”, expresó en un mensaje dirigido al nuncio apostólico, monseñor Emil Paul Tscherrig. “Al mismo tiempo desearía que en lugar de ir a Roma para el inicio de su pontificado el próximo 19 de marzo, continúen con esa cercanía espiritual tan apreciada, acompañando con algún gesto de caridad hacia los más necesitados”, subrayó.

Bien podíamos hacernos eco y sumarnos a este gesto los españoles.

Aquí os ponemos la foto en la que se ve al cardenal, ahora actual Papa Francisco, viajando en metro como un sacerdote más

EL PAPA FRANCISCO: 1ª HOMILIA

Primera Eucaristía del Papa Francisco por la Iglesia, con los cardenales en la Capilla Sixtina


En estas tres Lecturas veo algo en común: el movimiento. En la Primera Lectura el movimiento es el camino; en la segunda Lectura, el movimiento está en la edificación de la Iglesia; en la tercera, en el Evangelio, el movimiento está en la confesión. Caminar, edificar, confesar.


Caminar. Casa de Jacob: “Vengan, caminemos en la luz del Señor”. Esta es la primera cosa que Dios dijo a Abraham : “Camina en mi presencia y sé irreprensible”. Caminar: nuestra vida es un camino. Cuando nos detenemos, la cosa no funciona. Caminar siempre, en presencia al Señor, a la luz del Señor, tratando de vivir con aquel carácter irreprensible que Dios pide a Abraham, en su promesa.


Edificar. Edificar la Iglesia, se habla de piedras: las piedras tienen consistencia; las piedras vivas, piedras ungidas por el Espíritu Santo. Edificar la Iglesia, la esposa de Cristo, sobre aquella piedra angular que el mismo Señor, y con otro movimiento de nuestra vida, edificar.


Tercero, confesar. Podemos caminar todo lo que queramos, podemos edificar tantas cosas, pero si no confesamos a Jesucristo, la cosa no funciona. Nos convertiríamos en una ONG (Organización No Gubernamental) de piedad, pero no en la Iglesia, esposa del Señor. Cuando no caminamos, nos detenemos. Cuando no se construye sobre la piedra ¿qué cosa sucede? Pasa aquello que sucede a los niños en la playa cuando construyen castillos de arena, todo se desmorona, no tiene consistencia. Cuando no se confesa a Jesucristo, me viene la frase de León Bloy “Quien no reza al Señor, reza al diablo”. Cuando no se confiesa a Jesucristo, se confiesa la mundanidad del diablo, la mundanidad del demonio.


Caminar, edificar-construir, confesar. Pero la cosa no es así de fácil, porque en el caminar, en el construir, en el confesar a veces hay sacudidas, hay movimiento que no es justamente del camino: es movimiento que nos echa para atrás.


Este Evangelio continua con una situación especial. El mismo Pedro que ha confesado a Jesucristo, le dice: “Tú eres Cristo, el Hijo del Dios vivo. Yo te sigo, pero no hablemos de Cruz. Esto no cuenta”. “Te sigo con otras posibilidades, sin la Cruz”. Cuando caminamos sin la Cruz, cuando edificamos sin la Cruz y cuando confesamos un Cristo sin Cruz, no somos Discípulos del Señor: somos mundanos, somos obispos, sacerdotes, cardenales, papas, pero no discípulos del Señor.


Quisiera que todos, luego de estos días de gracia, tengamos el coraje – precisamente el coraje – de caminar en presencia del Señor, con la Cruz del Señor; de edificar la Iglesia sobre la sangre del Señor, que ha sido derramada sobre la Cruz; y de confesar la única gloria, Cristo Crucificado. Y así la Iglesia irá adelante.


Deseo que el Espíritu Santo, la oración de la Virgen, nuestra Madre, conceda a todos nosotros esta gracia: caminar, edificar, confesar Jesucristo. Así sea.

HABEMUS PAPAM

Jorge Mario Bergoglio, Francisco, 
Un Papa argentino y latinoamericano.
Jesuita, humildad, sencillo, austero y cercano...
Cuenta, "Religion en libertad", que en Buenos Aires suele viajar en autobús, y es común verle caminar por la calle o coger el metro como un ciudadano más, aunque siempre viste de sotana. Además, suele cuidar personalmente a sacerdotes ancianos y enfermos de la diócesis de Buenos Aires. Él se traslada a sus domicilio u hospital y les atiende durante toda la noche.Prueba de su austeridad personal es el hecho de haber renunciado al Palacio Arzobispal y vivir en un pequeño piso de la capital argentina acompañado por otro presbítero.


Hijo de un matrimonio de italianos formado por Mario, ex-empleado ferroviario, y Regina, ama de casa, nació el 17 de diciembre de 1936 en la ciudad de Buenos Aires.El lema de su episcopado fue “Miserando atque eligendo” (“Lo vio con misericordia y eligiéndolo”), en referencia al encuentro entre Jesús y el publicano.

Es un sacerdote más.


Tras rezar el Padre Nuestro y el Ave María con la plaza vaticana, el papa argentino pidió que el mundo sea “una gran hermandad”. “Que este camino que hoy comenzamos sea fructífero para la evangelización”, deseó, para después pedir a los presentes que recen por el nuevo papa, antes de impartir la bendición Urbi et Orbi.


Desde aqui nos unimos al gozo de toda la Iglesia por la elección del nuevo Sucesor de Cristo.

viernes, 8 de marzo de 2013

BENEDICTO XVI. DIOS, EL HAMBRE Y NOSOTROS

JON SOBRINO, S.J., director del Centro Monseñor Romero de la UCA, jsobrino@cmr.uca.edu.sv
SAN SALVADOR (EL SALVADOR)

La renuncia de Benedicto XVI es un hecho importante. Puede mover la vida de la Iglesia en una u otra dirección. Y por lo que tiene de “ruptura sin precedentes” -lo decimos sin saber si ocurrirá, pero con esperanza de que ocurra- puede generar un ambiente propicio para la ruptura de otras tradiciones eclesiales que parecen intocables. Unas, más categoriales, tienen que ver con el mínimo acceso de los laicos, sobre todo de la mujer, a la vida, misión y responsabilidad en la Iglesia. Otras, más de fondo, tienen que ver con la concepción misma de la Iglesia -también la dogmática- como Iglesia de los pobres.

1. La renuncia de Benedicto XVI. Honradez, esperanza, libertad y soledad ante Dios

El papa ha tomado una decisión importante, y lo ha hecho con sencillez en la forma y hondura en el fondo. Ha venido a decir: “no puedo más”, lo que parece evidente dadas sus mermadas fuerzas. Más a fondo ha dicho: “No está ya en mis manos limpiar la suciedad en la Iglesia”. Los vaticanistas discutirán en qué consiste. Graves escándalos en la gestión económica que hace años llevó al suicidio de Calvi. La sombra alargada de Maciel, que además trae a la mente el desconocimiento e inacción de Juan Pablo II. Las luchas de poder entre importantes cardenales de la curia. Los historiadores lo estudiarán, pero es indudable que Benedicto XVI ha vivido bajo fuertes presiones.

Aunque en lo profundo de los seres humanos solo podemos entrar con infinito cuidado y de puntillas, pensamos que Ratzinger ha tomado su decisión por honradez con su conciencia, y que lo ha hecho con esperanza, aunque sea contra esperanza: un sucesor, con más energía y nuevas luces, con más gracia o mejor fortuna, podrá facilitar el cambio necesario. La ha tomado con libertad, expresada en el duro lenguaje sobre los hechos: miseria, suciedad, y sobre las exigencias: conversión en el interior de la lglesia. Las palabras están dirigidas a todos, in membris et in capite, se decía antes. Y no suenan como rutinarias, sino salidas del corazón: la Iglesia, y símbolos suyos importantes, se han alejado de Jesús. A él tienen que volver.

Benedicto ha tomado la decisión en un momento importante de su vida, al final, cuando los seres humanos, normales y nobles, no suelen engañarse ni engañar. Y pienso que la ha tomado “solo ante Dios”. Habrá podido consultar a algunas personas, indudablemente, pero no a “un papa”, a alguien que es mayor que él en el organigrama de la Iglesia.

Qué significa “solo ante Dios” no es fácil de comprender. A mí me ha ayudado desde que llegó a mis manos -y que con el Padre Ellacuría lo publicamos en la Revista Latinoamericana de Teología- el final del diario espiritual de Monseñor Romero. Pocas semanas antes de ser asesinado hizo un retiro espiritual, y en privacidad total le comunicó a su Padre espiritual las tres cosas que más le preocupaban: sus escrúpulos (que en él no eran sino finura de espíritu) de haber descuidado su vida espiritual, la posibilidad de una muerte violenta y la dificultad extrema de trabajar con sus hermanos obispos. Monseñor Romero se puso ante Dios, y estuvo a solas con Dios. El diálogo con su confesor no le proporcionó un apoyo añadido a su propia experiencia, aunque si le ayudó a profundizar en ella, solo ante Dios. Es bueno tenerlo siempre presente como posible experiencia.

Pocos años antes el Padre Pedro Arrupe, superior general de los jesuitas, se planteó dejar el cargo, que entonces era de por vida. En su caso, sí había un papa a quien solicitar ese favor, pero Juan Pablo II no accedió a la petición. No le parecía oportuno, pues temía que la Compañía cayera en problemas y peligros todavía mayores. Y quizás pensase también que la dimisión del General de los jesuitas abriría la puerta a la expectativa de que también el papa pudiera dimitir. Arrupe no pudo dimitir. Y se mantuvo solo ante Dios.

2. Dios y el hambre

Cuando en 1966 comencé a estudiar teología en Sankt Georgen, Frankfurt, decíamos que el mejor profesor de la facultad era Ratzinger. No enseñaba allí, sino en Tübingen, pero leíamos con avidez sus textos de clase, que eran excelentes. Me alegré de haber encontrado al teólogo Ratzinger, y años más tarde ocurrió el cambio que menciona González Faus en un artículo suyo.

Ratzinger, ni como téologo ni como papa, ha dejado de rezumar la profundidad del Theos, de Dios, pero pareciera que algo no ha llegado a lo profundo de su teología: los pobres y oprimidos, inmensa mayoría de este mundo.

Benedico XVI siente como responsabilidad suya específica, quizás la mayor, hacer presente a Dios en el mundo, especialmente en el mundo en el que está más ausente: el mundo de abundancia. Busca hacer presente a Dios para “gloria” de Dios y simultáneamente para “humanización” del mundo. Sin Dios no es posible un mundo humano, insiste. Y de ahí que desde el principio de su pontificado haya insistido en la importancia de lo absoluto y en lo nocivo de la relativización.

Benedicto es, pues, muy sensible a la deshumanización que es producto del desaparecimiento de “Dios”. Pero no se ha mostrado tan sensible a lo absolutamente inhumano y deshumanizante que es el hambre: las mayorías de pobres, oprimidos, esclavos, marginados, excluidos, asesinados, masacrados, las inmensas mayorías de la humanidad.

En mi opinión un gran aporte de la teología de la liberación, la de Gustavo Gutiérrez, Ignacio Ellacuría, Pedro Casaldáliga, quizás el aporte mayor, es precisamente haber radicalizado lo absoluto, pero de una manera específica: lo absoluto de Dios y lo co-absoluto del hambre. Sin mantener lo primero (o su equivalente en el Dios no explicitado de los creyentes anónimos, en lenguaje de Rahner), y ciertamente sin mantener lo segundo (según Mateo 25) nos deshumanizamos. Pedro Casaldáliga lo dice en palabras lapidarias: “Todo es relativo menos Dios y el hambre”.

3. Nosotros. Humanización y desmitificación del Papa

Ojalá podamos humanizar y desmitificar al papa. La tarea no es nada fácil.

Con dificultad aceptamos que el Cristo fue Jesús de Nazaret, un ser humano, un hombre. Prácticamente no conocemos lo que dice la Carta a los Hebreos, que el Cristo es Jesús de Nazaret -con ese nombre lo menciona ocho veces en la Carta; que fue hecho menor que los ángeles; que tuvo que aprender obediencia, gemir y llorar ante Dios. Y que es mediador no por poseer añadidos sobrehumanos, sobrenaturales, sino por haber ejercitado en su vida la fidelidad ante Dios y la misericordia para con los hombres. Y aun cuando lo conocemos así, difícilmente lo hacemos central en nuestras vidas, y en nuestra Iglesia.

Con facilidad deshumanizamos y mitificamos a Jesús. Y también al Papa. Le llamamos vicario de Cristo, es decir, el que hace las veces de Cristo sobre la tierra. Dicho más provocativamente, el que hace las veces de Jesús sobre la tierra. Durante la edad media, vicarios de Cristo eran los pobres. Y si mal no recuerdo, un fraile, el primero que llamó al Papa “vicario de Cristo”, sufrió una sanción canónica.

Lo que está en juego no es minusvalorar que haya vicarios de Cristo sobre la tierra. Todo lo contrario. A hacerlo realmente presente estamos llamados todos los seres humanos, hombres y mujeres. Y todos lo somos en la medida en que somos su sacramento. Expresamos su realidad en la medida en que nos parecemos a él, vivimos, hablamos y trabajamos como él. Y los mártires, además, mueren como él. Son los vicarios de Jesús de Nazaret en la tierra. Esto no nos hace inhumanamente divinos, sino divinamente humanos.

Cuesta ver así al Papa. Pero bueno será comprometernos, dentro de nuestras posibilidades, a que salga elegido alguien que, además de amplias dotes de gobierno pastoral, se parezca a Jesús y nos anime a parecernos a Jesús. Y que, con la modestia del caso, le ayudemos a parecerse a Jesús.

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LOS CINCO MINUTOS DE PEDRO

AUTOR: Pedro Casaldaliga
EDITORIAL: Publicaciones Claretiana
COLECCIÓN: Espiritualidad
PAGINAS: 166

SINOPSIS
Un libro de espiritualidad compuesto de pensamientos, aforismos y reflexiones del obispo claretiano Pedro Casaldáliga (Sao Felix do Araguaia). Utilizando esa misma pedagogía de la colección de los cinco minutos, que dosifica los pensamientos a modo de calendario, el contenido queda plasmado y ordenado de forma que el lector puede utilizarlo como una herramienta para su oración personal o para su reflexión diaria.

El libro nos acerca a la figura del hombre teólogo y poeta, pastor y seguidor de Jesús. Tenemos en esta obra la suerte de acercarnos a la sabiduría y a la riqueza humana y espiritual de un testigo excepcional de la fe.

CON LOS BRAZOS SIEMPRE ABIERTOS

JOSE ANTONIO PAGOLA

Para no pocos, Dios es cualquier cosa menos alguien capaz de poner alegría en su vida. Pensar en él les trae malos recuerdos: en su interior se despierta la idea de un ser amenazador y exigente, que hace la vida más fastidiosa, incómoda y peligrosa.

Poco a poco han prescindido de él. La fe ha quedado "reprimida" en su interior. Hoy no saben si creen o no creen. Se han quedado sin caminos hacia Dios. Algunos recuerdan todavía "la parábola del hijo pródigo", pero nunca la han escuchado en su corazón.

El verdadero protagonista de esa parábola es el padre. Por dos veces repite el mismo grito de alegría: "Este hijo mío estaba muerto y ha vuelto a la vida; estaba perdido y lo hemos encontrado". Este grito revela lo que hay en su corazón de padre.

A este padre no le preocupa su honor, sus intereses, ni el trato que le dan sus hijos. No emplea nunca un lenguaje moral. Solo piensa en la vida de su hijo: que no quede destruido, que no siga muerto, que no viva perdido sin conocer la alegría de la vida.

El relato describe con todo detalle el encuentro sorprendente del padre con el hijo que abandonó el hogar. Estando todavía lejos, el padre "lo vio" venir hambriento y humillado, y "se conmovió" hasta las entrañas. Esta mirada buena, llena de bondad y compasión es la que nos salva. Solo Dios nos mira así.

Enseguida "echa a correr". No es el hijo quien vuelve a casa. Es el padre el que sale corriendo y busca el abrazo con más ardor que su mismo hijo. "Se le echó al cuello y se puso a besarlo". Así está siempre Dios. Corriendo con los brazos abiertos hacia quienes vuelven a él.

El hijo comienza su confesión: la ha preparado largamente en su interior. El padre le interrumpe para ahorrarle más humillaciones. No le impone castigo alguno, no le exige ningún rito de expiación; no le pone condición alguna para acogerlo en casa. Sólo Dios acoge y protege así a los pecadores.

El padre solo piensa en la dignidad de su hijo. Hay que actuar de prisa. Manda traer el mejor vestido, el anillo de hijo y las sandalias para entrar en casa. Así será recibido en un banquete que se celebra en su honor. El hijo ha de conocer junto a su padre la vida digna y dichosa que no ha podido disfrutar lejos de él.

Quien oiga esta parábola desde fuera, no entenderá nada. Seguirá caminando por la vida sin Dios. Quien la escuche en su corazón, tal vez llorará de alegría y agradecimiento. Sentirá por vez primera que en el misterio último de la vida hay Alguien que nos acoge y nos perdona porque solo quiere nuestra alegría.

DEJA LA CURIA, PEDRO

Deja la curia, Pedro,
desmantela el sinedrio y la muralla,
ordena que se cambien todas las filacterias impecables
por palabras de vida, temblorosas.

Vamos al Huerto de las bananeras,
revestidos de noche, a todo riesgo,
que allí el Maestro suda la sangre de los Pobres.
La túnica inconsútil es esta humilde carne destrozada,
el llanto de los niños sin respuesta,
la memoria bordada de los muertos anónimos.

Legión de mercenarios acosan la frontera de la aurora naciente
y el César los bendice desde su prepotencia.
En la pulcra jofaina Pilatos se abluciona, legalista y cobarde.

El Pueblo es sólo un «resto»,
un resto de Esperanza.
No Lo dejemos sólo entre guardias y príncipes.
Es hora de sudar con Su agonía,
es hora de beber el cáliz de los Pobres
y erguir la Cruz, desnuda de certezas,
y quebrantar la losa—ley y sello— del sepulcro romano,
y amanecer
de Pascua.

Diles, dinos a todos,
que siguen en vigencia indeclinable
la gruta de Belén,
las Bienaventuranzas
y el Juicio del amor dado en comida.

¡No nos conturbes más!
Como Lo amas,
ámanos,
simplemente,
de igual a igual, hermano.
Danos, con tus sonrisas, con tus lágrimas nuevas,
el pez de la Alegría,
el pan de la Palabra,
las rosas del rescoldo...
...la claridad del horizonte libre,
el Mar de Galilea ecuménicamente abierto al Mundo.

NO CONTIENE NINGUNA PROPOSICIÓN CONTRARIA A LA FE

José Antonio Pagola:

"La Congregación reconoce que mi libro no contiene ninguna proposición contraria a la fe" (José Antonio Pagola)

He recibido con satisfacción la resolución definitiva de la Congregación Romana para la Doctrina de la Fe sobre mi libro, Jesús. Aproximación histórica. Con este motivo quiero dirigirme a quienes han leído mi libro o han seguido de cerca las polémicas suscitadas a lo largo de estos seis años.


1. Antes que nada, quiero decir que recibo las decisiones que se han tomado sobre mi libro como un estímulo que me reafirma en lo que, en estos momentos, es el único objetivo de mi vida: contribuir a que los hombres y mujeres de hoy podamos conocer mejor la personalidad apasionante de Jesús, acoger con más entusiasmo su proyecto de construir un mundo más humano, y acercarnos con más fe al misterio de esperanza que se encierra en su persona.




2. A quienes habéis leído mi libro os puede interesar conocer, aunque sea de manera concisa, las principales decisiones tomadas por Roma. En lo referente a cuestiones doctrinales, la Congregación reconoce que mi libro no contiene ninguna proposición contraria a la fe, por lo cual no me ha pedido corregir ningún error doctrinal o afirmación herética. En lo referente a cuestiones metodológicas, la Congregación hace diversas consideraciones sobre el objetivo y la naturaleza de mi libro, y sobre la relación entre fe e investigación histórica. Sin embargo, no ha considerado necesario pedirme una revisión del enfoque de mi obra ni tampoco corrección alguna sobre la metodología que empleo en mi trabajo.

3. Lo que se me ha pedido es que, "para evitar equívocos y malentendidos" introduzca en futuras ediciones "las modificaciones" sugeridas por mí mismo,en torno a cinco puntos concretos. No he dudado en ningún momento en colaborar con esta disposición, pues lo único que he buscado siempre ha sido que mi libro siga sembrando la Buena Noticia de Jesús. La nueva edición saldrá próximamente.

4. En estos momentos quiero agradeceros vivamente a los que , a lo largo de estos años, me habéis manifestado de diversas maneras vuestra cercanía y apoyo incondicional. He podido leer conmovido la experiencia que habéis vivido muchos de vosotros al leer mi libro. Me decís que Jesús ha cambiado radicalmente vuestra vida, que en él os habéis encontrado por fin con un Dios Amigo, que os habéis reafirmado en vuestra fe, que os habéis comprometido a vivir de manera evangélica... Gracias a todos. Me habéis hecho experimentar que Jesús sigue vivo en medio de nosotros.

5. Ahora solo miro al futuro. Quiero vivir mis últimos años colaborando en lo que considero la tarea más urgente en la Iglesia actual: volver a Jesucristo como la única verdad de la que nos está permitido vivir y la única fuerza que nos puede hacer caminar hacia una Iglesia más evangélica al servicio de un mundo más humano. Ya no sabría vivir de otra manera.