lunes, 29 de noviembre de 2010

LA MORAL CATÓLICA DEL OBISPO PORTAVOZ

JOSÉ IGNACIO CALLEJA Experto en Moral Social Cristiana

Cito de memoria al portavoz de los Obispos españoles, Monseñor Camino: “Nada hay en las declaraciones del Papa que indique cambio alguno en la moral católica. Los medios han interpretado mal su libro-entrevista”; y la conclusión del portavoz“el preservativo siempre aparece en un contexto de inmoralidad”. *
No es que me moleste la frase, es que me hiela el corazón y me golpea la mente como un martillo con ese “siempre”. ¿Él conoce todos los supuestos y experiencias humanas de sexualidad? ¿Sí? Es extraordinario que alguien célibe lo sepa todo, de todos y de su inmoralidad, si media el condón: "siempre". Es merecedor del silencio, si no fuera porque afecta a personas dignas que tienen que callar y olvidar esa altanería moral. Porque siempre significa que no se pueden distinguir hechos inmorales y hechos que no lo son, si aparece el condón. No, no, para el Obispo portavoz, si media el condón, son inmoralesSiempre. ¡Pobre de la gente buena y digna, qué tenga que escuchar este juicio general y absoluto sobre su vida de pareja y amor!
Pero, ¿por qué "siempre"? No lo dice. Se supone que lo sabe, pero no lo dice. Nos lo tenemos que imaginar. Piensa que todos lo sabemos. Él lo sabe. Los actos sexuales con condón siempre son inmorales; donde sea que se den y entre quienes sea que se den; siempre. ¿Los médicos, los matrimonios, los hombres y mujeres que portan sus vidas con dignidad de adultos? Para qué. Él lo sabe. Siempre. Si media el preservativo es porque los actos son inmorales o se convierten en tales. Es la prueba misma de la maldad de un acto moral.
A ver, hay hechos moralmente perversos en los que está presente el preservativo. Y hay hechos nobles y dignos del ser humano en los que también está. Aquéllos son malos y éstos son correctos. La gente de "conciencia recta y sana", los diferencia muy bien. Los eclesiásticos, al menos el Obispo portavoz, parece que no. Nosotros tenemos un problema de discernimiento moral y quizá de principios. Nosotros, porque el Obipos portavoz, quiere ser portavoz, éste es el problema.
Y, todo esto, porque el destino natural del acto sexual es siempre la procreación, no sólo, pero siempre. Pero, ¿qué inteligencia humana y moral sanas van a reconocer esto, así, tal cual? O es que para evitar lo peor, lo que sea, ¿hay que negar incluso lo bueno? Curiosa manera de moralizar la vida humana; recuperemos la dignidad moral del ser humano por el camino de negar su inteligencia ética al discernir. O sea, que vamos a ser buenos por las buenas o por las malas.
Pero, ¿qué otra cosa es la moral humana y cristiana que el gobierno de nuestras vidas por la inteligencia madura que expresa nuestra dignidad? Ni a la luz de la fe en Dios, ni a la luz de la razón ética, puede decirse de la inmoralidad del condón "siempre". Ni el Papa lo mantiene ya. Y nosotros no podemos callarlo.
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domingo, 28 de noviembre de 2010

RETIRO ADVIENTO

Aquí compartimos algunos momentos del dia de retiro que con motivo del tiempo de adviento, hemos tenido las/os religiosas/os en el Desierto de las Palmas en Castellón.
Gracias por vuestra presencia.
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miércoles, 24 de noviembre de 2010

SIGNOS DE LOS TIEMPOS


JOSÉ ANTONIO PAGOLA
Los evangelios han recogido de diversas formas la llamada insistente de Jesús a vivir despiertos y vigilantes, muy atentos a los signos de los tiempos. Al principio, los primeros cristianos dieron mucha importancia a esta "vigilancia" para estar preparados ante la venida inminente del Señor. Más tarde, se tomó conciencia de que vivir con lucidez, atentos a los signos de cada época, es imprescindible para mantenernos fieles a Jesús a lo largo de la historia.
Así recoge el Vaticano II esta preocupación: "Es deber permanente de la Iglesia escrutar a fondo los signos de esta época e interpretarlos a la luz del Evangelio, de forma que, acomodándose a cada generación, pueda responder a los perennes interrogantes de la humanidad sobre el sentido de la vida presente y futura...".
Entre los signos de estos tiempos, el Concilio señala un hecho doloroso: "Crece de día en día el fenómeno de masas que, prácticamente, se desentienden de la religión". ¿Cómo estamos leyendo este grave signo? ¿Somos conscientes de lo que está sucediendo? ¿Es suficiente atribuirlo al materialismo, la secularización o el rechazo social a Dios? ¿No hemos de escuchar en el interior de la Iglesia una llamada a la conversión?
La mayoría se ha ido marchando silenciosamente, sin sacar ruido alguno. Siempre han estado mudos en la Iglesia. Nadie les ha preguntado nada importante. Nunca han pensado que podían tener algo que decir. Ahora se marchan calladamente. ¿Qué hay en el fondo de su silencio? ¿Quién los escucha? ¿Se han sentido alguna vez acogidos, escuchados y acompañados en nuestras comunidades?
Muchos de los que se van eran cristianos sencillos, acostumbrados a cumplir por costumbre sus deberes religiosos. La religión que habían recibido se ha desmoronado. No han encontrado en ella la fuerza que necesitaban para enfrentarse a los nuevos tiempos. ¿Qué alimento han recibido de nosotros? ¿Dónde podrán ahora escuchar el Evangelio? ¿Dónde podrán encontrarse con Cristo?
Otros se van decepcionados. Cansados de escuchar palabras que no tocan su corazón ni responden a sus interrogantes. Apenados al descubrir el "escándalo permanente" de la Iglesia. Algunos siguen buscando a tientas. ¿Quién les hará creíble la Buena Noticia de Jesús?
Benedicto XVI viene insistiendo en que el mayor peligro para la Iglesia no viene de fuera, sino que está dentro de ella misma, en su pecado e infidelidad. Es el momento de reaccionar. La conversión de la Iglesia es posible, pero empieza por nuestra conversión, la de cada uno.
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sábado, 20 de noviembre de 2010

MÁS SOBRE LA LITURGIA: LA EUCARISTÍA

GABRIEL Mª OTALORA
Cuando el Concilio Vaticano II aprobó la Constitución sobre la Sagrada Liturgia, se inició la más importante reforma litúrgica de la historia de la Iglesia, que incorporaba un modelo de comunión y participación muy diferente a lo que estaba en vigor. Aun así, desde entonces ha llovido mucho, lo suficiente para observar cuánto nos queda para vivir intensamente la celebración cristiana con el objetivo de que la vida litúrgica enganche con la vida misma.
¿Hasta cuando los fieles vamos a participar como espectadores pasivos? La sacramentalidad de la celebración se nutre de signos: gestos, elementos, movimientos, cantos lenguaje y silencios; cosas como el pan, el vino, el agua, el fuego son los símbolos que hablan de una experiencia de fe concreta en Cristo. Son expresiones y medios que pretenden un lenguaje común que llegue al hombre y a la mujer de nuestro tiempo.
Leo que el Obispo Pere Tena (hasta hace poco obispo auxiliar de Barcelona y experto en liturgia) afirmaba que la liturgia debe ser desinteresada, gratuita, contemplativa e inculturizada para quese respire la comunión de la asamblea como Iglesia reunida alrededor de su Señor”. Una celebración que transparenta la gloria de Dios, que confiesa su fe en la Iglesia y se deja guiar por el Espíritu, para glorificar de forma compartida a Jesucristo en los cantos, en las palabras, en los silencios.
Pero si echamos un vistazo a las reglas establecidas por Roma (2004) en la InstrucciónRedemptionis Sacramentum (2004), podemos observar la poca relevancia que tiene la vivencia en el sentido que acabamos de comentar en favor de un formalismo y una normas obligatorias muy rígidas, como si el cumplimiento de las mismas fuesen la garantía de una celebración comunitaria y participada con gozo.
Dicha directriz (2004) habla de que los fieles tienen derecho a que la autoridad eclesiástica regule la sagrada Liturgia “de forma plena y eficaz” ¿A qué se refiere? Porque se vuelve a permitir el latín en la misa y con el cura de espaldas a los fieles… ¿Alguien se imagina celebrar un ágape de unas bodas de plata de espaldas a la familia y los amigos? ¿A Jesús de Nazareth compartiendo con sus discípulos y discípulas la Última Cena de espaldas, sin utilizar su lengua aramea?
Los signos externos ganan a los signos internos, vivenciales; hay que esperar a celebraciones “especiales” para poder degustar eucaristías más compartidas, más en clave de “la cena del Señor” donde el celebrante no acapara los rezos y no hay casi espacio para la espontaneidad, tan importante en cualquier manifestación sentida y vivida de fe. Somos una comunidad y no se puede hacer comunidad desde los silencios reverenciales. El respeto no está en el miedo ni en las formas más propias de comportarse ante un monarca que ante un Dios Padre y Madre que quiere que se manifieste y se reproduzca su amor desbordante para compartirlo con los demás. Jesús no se comportó así en una sociedad totalmente jerarquizada y estricta, mucho más que la nuestra, sino que “transgredió” las formas establecidas con el objetivo de acercarse e inocular su amor gozoso a sus coetáneos.
Pero estamos donde estamos, veintiún siglos después. Y lo que prepara Cañizares en materia de sacramentos parece claramente preconciliar
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viernes, 19 de noviembre de 2010

CARGAR CON LA CRUZ

JOSÉ ANTONIO PAGOLA

El relato de la crucifixión, proclamado en la fiesta de Cristo Rey, nos recuerda a los seguidores de Jesús que su reino no es un reino de gloria y de poder, sino de servicio, amor y entrega total para rescatar al ser humano del mal, el pecado y la muerte.
Habituados a proclamar la "victoria de la Cruz", corremos el riesgo de olvidar que el Crucificado nada tiene que ver con un falso triunfalismo que vacía de contenido el gesto más sublime de servicio humilde de Dios hacia sus criaturas. La Cruz no es una especie de trofeo que mostramos a otros con orgullo, sino el símbolo del Amor crucificado de Dios que nos invita a seguir su ejemplo.
Cantamos, adoramos y besamos la Cruz de Cristo porque en lo más hondo de nuestro ser sentimos la necesidad de dar gracias a Dios por su amor insondable, pero sin olvidar que lo primero que nos pide Jesús de manera insistente no es besar la Cruz sino cargar con ella. Y esto consiste sencillamente en seguir sus pasos de manera responsable y comprometida, sabiendo que ese camino nos llevará tarde o temprano a compartir su destino doloroso.

No nos está permitido acercarnos al misterio de la Cruz de manera pasiva, sin intención alguna de cargar con ella. Por eso, hemos de cuidar mucho ciertas celebraciones que pueden crear en torno a la Cruz una atmósfera atractiva pero peligrosa, si nos distraen del seguimiento fiel al Crucificado haciéndonos vivir la ilusión de un cristianismo sin Cruz. Es precisamente al besar la Cruz cuando hemos de escuchar la llamada de Jesús: «Si alguno viene detrás de mí... que cargue con su cruz y me siga».

Para los seguidores de Jesús, reivindicar la Cruz es acercarse servicialmente a los crucificados; introducir justicia donde se abusa de los indefensos; reclamar compasión donde sólo hay indiferencia ante los que sufren. Esto nos traerá conflictos, rechazo y sufrimiento. Será nuestra manera humilde de cargar con la Cruz de Cristo.

El teólogo católico Johann Baptist Metz viene insistiendo en el peligro de que la imagen del Crucificado nos esté ocultando el rostro de quienes viven hoy crucificados. En el cristianismo de los países del bienestar está ocurriendo, según él, un fenómeno muy grave: "La Cruz ya no intranquiliza a nadie, no tiene ningún aguijón; ha perdido la tensión del seguimiento a Jesús, no llama a ninguna responsabilidad, sino que descarga de ella".

¿No hemos de revisar todos cuál es nuestra verdadera actitud ante el Crucificado? ¿No hemos de acercarnos a él de manera más responsable y comprometida?



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sábado, 13 de noviembre de 2010

LAS PRISIONES, ¿OPORTUNIDAD O FRACASO?

Del 18 al 20 de noviembre en la Facultad de Teología de Granada

“Abrid las prisiones injustas y descerrajad los cepos”, con esta llamada del profeta Isaías, los Trinitarios de España Sur, del 18 al 20 de noviembre próximo, celebrarán en la Facultad de Teología de Granada el VIII Congreso Trinitario Internacional que abordará el tema de las prisiones como oportunidad o fracaso. El sistema carcelario ¿es una oportunidad, o un fracaso?, preguntan los Trinitarios, junto a otras cuestiones, en una reflexión en la que se proponen debatir el tema de la humanización de las prisiones desde argumentos de la escritura, la teología, el derecho, la sociología y la propia experiencia trinitaria.

El congreso trinitario, presidido por Flaminia Giovanelli, Subsecretaria del Pontificio Consejo para la Justicia y la Paz, constará de seis conferencias, una mesa redonda, una mesa debate y un panel de experiencias. La conferencia de apertura será pronunciada por la profesora Junkal Guevarra Llaguno, de la Facultad de Teología de Granada sobre “El desafío permanente de rescatar de la prisión injusta”. Las otras conferencias correrán a cargo de los profesores Manuel Reyes Mate, del Instituto de Filosofía del CSIC, sobre “La libertad en la sociedad actual, como realidad e ilusión”; Jesús Martinez Gordo, de la Facultad de Teología de Vitoria, sobre “La Trinidad, un Dios liberador y solidario”; Joaquín García Roca, de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Valencia, sobre “La humanización de las prisiones”; Arturo Beltrán Núñez, presidente de la Sección V de la Audiencia Provincial de Madrid, sobre “Compatibilidad de la ética y el derecho penal”; Pedro Aliaga Asensio, historiador de la Orden Trinitaria, sobre “Las cárceles, una lectura actual desde el carisma trinitario”.

En la mesa redonda, moderada por el profesor Jose L. Segovia Bernabé, de la Universidad Pontificia de Salamanca, en torno al tema “Otro sistema penal es posible”, debatirán el profesor Pedro José Cabrera Cabrera, de la Universidad de Comillas; el juez Emilio Calatayud Pérez, Juez de Menores de Granada; y el jurista Jesús Miguel Cáceres García, de la Universidad de Alicante. En un debate presentado y moderado por el periodista y escritor José María Calleja, sobre “Alternativas al encerramiento para un sistema penitenciario más humano y más justo” intervendrán Mercedes Gallizo Llamas, Directora General de Instituciones Penitenciarias, y Manuela Carmena Castrillo, presidenta de la Sección XVII de la Audiencia Provincial de Madrid.

El VIII Congreso Trinitario Internacional “Granada 2010” se clausurará con una representación de “Sueños de libertad” por la Compañía de “Teatro Yeses” con internas del Centro Penitenciario de Madrid I Mujeres, de Alcalá de Henares, dirigido por Elena Cánovas Vacas, funcionaria y profesora de arte dramático.
                            (Eclesalia.net)           Para más información: http://www.trinitarios.net/

PARA TIEMPOS DIFÍCILES


JOSÉ ANTONIO PAGOLA

Los profundos cambios socioculturales que se están produciendo en nuestros días y la crisis religiosa que sacude las raíces del cristianismo en occidente, nos han de urgir más que nunca a buscar en Jesús la luz y la fuerza que necesitamos para leer y vivir estos tiempos de manera lúcida y responsable.

Llamada al realismo. En ningún momento augura Jesús a sus seguidores un camino fácil de éxito y gloria. Al contrario, les da a entender que su larga historia estará llena de dificultades y luchas. Es contrario al espíritu de Jesús cultivar el triunfalismo o alimentar la nostalgia de grandezas. Este camino que a nosotros nos parece extrañamente duro es el más acorde a una Iglesia fiel a su Señor.

No a la ingenuidad. En momentos de crisis, desconcierto y confusión no es extraño que se escuchen mensajes y revelaciones proponiendo caminos nuevos de salvación. Éstas son las consignas de Jesús. En primer lugar, «que nadie os engañe»: no caer en la ingenuidad de dar crédito a mensajes ajenos al evangelio, ni fuera ni dentro de la Iglesia. Por tanto, «no vayáis tras ellos»: No seguir a quienes nos separan de Jesucristo, único fundamento y origen de nuestra fe.

Centrarnos en lo esencial. Cada generación cristiana tiene sus propios problemas, dificultades y búsquedas. No hemos de perder la calma, sino asumir nuestra propia responsabilidad. No se nos pide nada que esté por encima de nuestras fuerzas. Contamos con la ayuda del mismo Jesús: «Yo os daré palabras y sabiduría»… Incluso en un ambiente hostil de rechazo o desafecto, podemos practicar el evangelio y vivir con sensatez cristiana.

La hora del testimonio. Los tiempos difíciles no han de ser tiempos para los lamentos, la nostalgia o el desaliento. No es la hora de la resignación, la pasividad o la dimisión. La idea de Jesús es otra: en tiempos difíciles «tendréis ocasión de dar testimonio». Es ahora precisamente cuando hemos de reavivar entre nosotros la llamada a ser testigos humildes pero convincentes de Jesús, de su mensaje y de su proyecto.

Paciencia. Ésta es la exhortación de Jesús para momentos duros: «Con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas». El término original puede ser traducido indistintamente como "paciencia" o "perseverancia". Entre los cristianos hablamos poco de la paciencia, pero la necesitamos más que nunca. Es el momento de cultivar un estilo de vida cristiana, paciente y tenaz, que nos ayude a responder a nuevas situaciones y retos sin perder la paz ni la lucidez.
                                                    (Eclesalia.net)

LA FUERZA DE LOS DEBILES

JULIO ALONSO AMPUERO

A muchos les sonará a historieta de cómic o a película de dibujos animados. Sin embargo, la batalla de David contra Goliat encierra una de las enseñanzas más profundas de la revelación bíblica. Los filisteos, con todo su poderío militar, tenían atemorizado al pueblo de Israel. Su superioridad era enorme y su actitud para con los israelitas, despectiva e insultante. Llevaban ya demasiado tiempo en esta situación e impedían que el pueblo elegido viviera con paz y libertad.

David apareció en el campo de batalla casi por casualidad. Era todavía un muchacho y su padre le envió a llevar alimentos a sus hermanos mayores, que estaban enrolados en el ejército de Saúl. Una vez allí, se percató de la situación. Goliat, un guerrero fornido y corpulento, armado hasta los dientes, despreciaba a los «esclavos israelitas», y proponía una lucha entre él y un representante del ejército de Israel. Sus hermanos querían alejarlo cuanto antes del campo de batalla, por considerarlo temerario y que sólo estaba allí por curiosidad. Debía volver a lo suyo: a cuidar el rebaño familiar en Belén.

Sin embargo, sorprendentemente, David se ofreció al rey para luchar contra el filisteo. Tan convencido debió de verle Saúl, que accedió a su ofrecimiento y le revistió de su propio armamento. Pero era imposible moverse con todo aquello: más que ayudar, estorbaba. Y decidió salir a pecho descubierto, sin más armas que las del pastor: la honda y unas piedras en su zurrón. Goliat le despreció una vez más. Pero entonces David esgrimió su verdadera arma: «Tú vienes a mí armado de lanza y jabalina, pero yo voy a ti en nombre del Señor de los ejércitos, cuyas huestes has desafiado». Y ocurrió lo que tenía que ocurrir: contra todo pronóstico derribó al filisteo con una piedra y lo remató con su propia espada. En este sencillo relato está compendiada la historia entera del pueblo de Israel: minúsculo e insignificante en medio de los grandes imperios que se fueron sucediendo (Egipto, Asiria, Babilonia…), pero contando con el poder de Dios.

Con demasiada frecuencia los cristianos olvidamos que Cristo –el verdadero David– ha vencido al Maligno en la debilidad, que todo el nuevo Israel –la Iglesia– hemos sido liberados de la tiranía del pecado y de la muerte gracias a la muerte de Cristo. Como David, Jesús venció –para sí mismo y para toda la humanidad– dejándose matar. Porque «lo débil de Dios es más fuerte que los hombres, y lo necio de Dios más sabio que los hombres (1Cor 1,25).

Como Israel, también la Iglesia experimenta cotidianamente el ataque de los poderes de este mundo (políticos, económicos, militares, mediáticos…). Con demasiada frecuencia, la arrogancia y agresividad del mal parece imponerse. Y también, como Saúl poniendo su armadura a David, la Iglesia experimenta la tentación de vencer al mundo con sus propias armas, de igual a igual. Y claro, el mundo tiene más medios. Esta actitud es signo siempre de falta de fe y confianza. Porque la fuerza de la Iglesia está en otra parte. «Te basta mi gracia, porque mi fuerza se muestra perfecta en la debilidad… Cuando soy débil, entonces soy fuerte» (2Cor 12,9–10).

David venció en la debilidad por su fe en Dios, siendo un muchacho. De ahí la insistencia de Jesús en «hacernos como niños» (Mt 18,3-4). Sólo desde la conciencia –y experiencia– de no poder es como realmente lo podemos todo. Sólo una Iglesia indefensa e inerme, pero enraizada en el poder de Dios, es capaz de vencer al mundo. Sólo en pobreza y persecución somos «supervencedores» gracias a Aquel que nos ha amado (Rom 8,37).                
                                                                                                                   (Texto bíblico:1Samuel 17)

domingo, 7 de noviembre de 2010

OSCAR ROMERO


Por Roberto Arnanz

Si por algo admiro a Romero es porque fue capaz de escuchar a Dios olvidándose de sus prejuicios e ideas. Salió de su mundo y sus tareas para vivir volcado en las necesidades de los más débiles. Desde que dejó que la realidad entrara en su corazón –y su oración- se fue enamorando, o mejor dicho reencontrando, con su pueblo, y pudo reconocer en él a los favoritos de Dios. Miles de personas escuchaban cada domingo sus homilías emitidas por radio. Hablaba de Dios y del pueblo. Predicaba una Buena Noticia arraigada en su realidad y sus esperanzas. Fue voz de los campesinos explotados y altavoz de las injusticias que el gobierno acallaba. Fue la conciencia de muchos que tenían la suya dormida, y sus intereses como único criterio –los que con un disparo en el corazón creyeron acallar también aquella nueva conciencia.
No puso en riesgo su vida porque fuera valiente o intrépido; al contrario, siempre fue tímido e inseguro, aunque consciente del probable final de su vida. Pero no podía renunciar ni a su fe ni a lo que ella le empujaba. No podía dar la espalda a la realidad sufriente que veía a diario.

Muchas veces me pregunto dónde están los Romero de hoy. A cuántos dejo de escuchar para no recordar demasiado a menudo que éste sigue siendo un mundo esencialmente injusto. Para no inquietarme con la idea de que estoy entre los privilegiados que consciente o inconscientemente dejamos al margen a muchos hermanos nuestros, privándoles de sus recursos y sus oportunidades de cambio. Pero también aprendo en Romero que mirando la realidad desde Dios, mi vida puede transformarse. Que mirando a los hombres y mujeres como hermanos puedo descubrir el sentido profundo de palabras como encarnación, bienaventurados, misericordia, justicia. Que las decisiones que cambian de verdad mi vida no dependen de mis fuerzas, sino de dejar que Dios haga en mí. Un Dios que se hace doblemente presente en mi vida desde la oración y el mundo. Dos caminos que nunca pueden separarse y que unidos me invitan a tomar partido en este mundo injusto desde mis posibilidades, capacidades y limitaciones. Y sobre todo Romero me recuerda que el Dios en el que creo es un Dios de esperanza y vida, para el que la muerte y el sufrimiento nunca tienen la última palabra, sino su deseo de salvación para todos los hombres.



[Monseñor Oscar A. Romero fue asesinado el 24 de marzo de 1980]





viernes, 5 de noviembre de 2010

CONFESIONES DE UN CURA RURAL

Autor: CONTRERAS‚ FRANCISCO

Editorial:  PPC

Sinopsis: Este es el último libro póstumo de Francisco Contreras Molina. A través de sucesivos encuentros en lo que va hilvanando recuerdos y reflexiones personales, Paco -como le llamaban familiarmente- va revelando el fonde de su corazónm inflamando amor por la Palabra de Dios y del celo apostólico por la salvación de sus hermanos.




jueves, 4 de noviembre de 2010

LAS PUERTAS DE LA TARDE: ENVEJECER CON ESPLENDOR

Autor: Aleixandre Dolores
Editorial: PPC

SINOPSIS
A pesar de ser totalmente previsible, el proceso de envejecimiento suele sorprendernos casi siempre desprevenidos y peligrosamente propensos a asumir el discurso sociocultural dominante: hemos llegado a una etapa de decadencia y decrepitud llena de inconvenientes y fastidios. Abundan las reflexiones, estudios y consejos sobre ella, junto con propuestas de todo tipo, desde las lúdicas hasta las culturales, pasando por las pócimas milagrosas de la cosmética. «Acepta los efectos de la edad», nos exhortan; «reconoce los inevitables límites que conlleva la vejez, encaja la reducción de actividad, no descuides el ejercicio físico, cultiva aficiones que desarrollen tu creatividad...».


¿Será eso todo?, podemos preguntarnos. ¿No tendrá el Evangelio la capacidad de ensanchar nuestras estrechas perspectivas y de desafiarnos a llevar la fe, la esperanza y el amor hasta sus últimas consecuencias? La «vida en abundancia» que prometía Jesús ¿no hará posible también una «vejez en abundancia»?


Este libro ha nacido del deseo de descubrir las fuentes de esa «abundancia», en diálogo con otros creyentes de la Biblia y de nuestros días que aseguran haberla encontrado. Ojalá sirva para acompañar en su búsqueda a este grupo tan numeroso en nuestra Iglesia de personas diversamente calificadas (mayores, viejos, ancianos, jubilados, tercera edad o abuelos) a quienes nos urge vivirla marcados y sostenidos por el Señor y su Evangelio. Ante nosotros está la tarea, altamente contracultural, de hacer posible una vejez con esplendor, en presencia del Dios que puede hacernos gritar de júbilo en las puertas de la tarde.



LA HENDIDURA DE LA ROCA

Autor: Aleixandre, Dolores

Editorial: España-PPC

SINOPSIS
El intento de estas páginas es leer el Cantar de los Cantares desde otra «hendidura de la roca», descodificando de alguna manera su lenguaje y buscando las líneas de fuerza que coinciden con las constantes de cualquier relación amorosa, sea cual sea su cualidad concreta (esponsalidad, amistad, filiación...). Eso nos permitirá descubrir, por ejemplo, que, cuando el padre de la parábola le dice a su hijo mayor: «Hijo, tú siempre estás conmigo y todo lo mío es tuyo» (Lc 15,31), está expresando algo muy parecido a lo que declara la novia del Cantar: «Mi amado es para mí y yo para él» (Cant 2,16), porque el dinamismo de mutua pertenencia y de totalidad están siempre presentes en el amor. Y, por eso, cuando ella afirma: «Lo agarré y no lo soltaré» (Cant 3,4), se está refiriendo a la misma experiencia de Pablo cuando dice: «Continúo mi carrera por ver si consigo alcanzar a aquel por quien he sido alcanzado» (Flp 3,12)

En cada capítulo, después de la introducción, aparecen estos apartados:


– Centellas de fuego (Cant 8,6): textos de san Juan de la Cruz, lector por excelencia del Cantar, y de san Juan de Ávila, que, sin hacer referencia explícita a él, se mueve dentro de sus mismas claves y lo expresa en un castellano rotundo y maravilloso.

– Con cuánta razón eres amado (Cant 1,4): textos de diferentes autores en los que resuena con música de distintos «instrumentos» el tema de fondo de cada capítulo.

– Detrás de la tapia (Cant 2,9): propuestas de lectura del Cantar en clave global y solidaria, en un camino de «descenso» hacia el mundo de los empobrecidos, que paradójicamente invierte la dirección mística de «ascenso» hacia Dios, pero que acaba en idéntico término. Porque «ambas experiencias nos acercan y anticipan, aún en un espejo, lo que será el gozoso encuentro con el Compasivo (Is 49,10)» (J. L. Segovia).

– En la hendidura de la roca (Cant 2,14): sugerencias de profundización orante que permitan utilizar el libro en tiempos de oración personal, días de retiro o de Ejercicios.